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V I C E N T
E H U I D O B R O
E L
P O E M A O B J E T O
p o r S u s a n a B e n k o
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Lo cósmico no es inaccesible en la poesía de Huidobro. Así como
una estrella desclavada cae al estanque (“Nouvelle chanson”), el
hombre tiene posibilidad de hacer uso de los astros o del cielo
como si fuesen cualquier objeto cotidiano. El poeta traduce en
palabras su visión plástica, y por tanto matérica, del mundo.
Huidobro limita la variedad de
imágenes en Horizon carré cuya riqueza, paradójicamente,
está en la gran variedad de sus combinaciones. Algo similar
sucede con los temas del arte cubista restringidos a unos pocos:
naturalezas muertas de botellas, vasos, periódicos, instrumentos
musicales, algunos “retratos”, así como los cuadros-objetos,
construcciones hechas mediante la composición de objetos y
materiales tomados de la realidad. De igual manera, el poeta
crea un poema-objeto. Le escribe en una carta a su
amigo, el crítico Thomas Chazal:
1° Humanizar las cosas. Todo
lo que pasa a través del organismo del poeta debe recoger la
mayor cantidad de su calor. Aquí algo vasto, enorme, como el
horizonte, se humaniza, se hace íntimo, gracias al adjetivo
CUADRADO. El infinito anida en nuestro corazón.
2° Lo vago se precisa. Al
cerrar las ventanas de nuestra alma, lo que podía escapar y
gasificarse, deshilacharse, queda encerrado y se solidifica.
3° Lo abstracto se hace
concreto y lo concreto abstracto. Es decir, el equilibrio
perfecto, pues si lo abstracto tendiera más hacia lo abstracto,
se desharía en sus manos o se filtraría por entre sus dedos. Y
si usted concretiza aún más lo concreto, éste le serviría para
beber vino o amoblar su casa, pero jamás para amoblar su alma.
4° Lo que es demasiado poético
para ser creado se transforma en algo creado al cambiar su valor
usual, ya que si el horizonte era poético en sí, si el horizonte
era poesía en la vida, al calificársele de cuadrado acaba siendo
poesía en el arte. De poesía muerta pasa a ser poesía viva.
No cabe duda que la
humanización de las cosas, la precisión de lo vago, la
solidificación de lo gaseoso y huidizo, la concreción de lo
abstracto y viceversa, más la transmutación de los valores
usuales de los elementos de la naturaleza, definen la poesía
creacionista, por lo tanto también a la cubista. Son todas
cualidades muy lejanas a la inmaterialidad o descorporización
impresionista.
La geometrización y la
solidificación de imágenes incorpóreas es frecuente también en
Poemas Árticos:
Bajo aquel humo cónico
El tren se aleja como un
mensaje telefónico
(“Gare”) |
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La adjetivación corresponde a
la premisa de Cézanne: la naturaleza pasa a ser expresada por medio de
cubos, conos y cilindros. Por otra parte, no existen reparos al
utilizar el recurso tradicional del símil, pues la novedad radica en la
disparidad entre los dos elementos comparados “tren/mensaje
telefónico”, que siendo totalmente opuestos, sugieren al lector los
nexos comunes que se hallan implícitos: forma (alargada) y velocidad.
Por algo Gris dice que el artista no debe descuidar las posibles
interpretaciones que el espectador haga del cuadro. El sentido debe ser
dirigido y las posibilidades semánticas deben ser previstas, porque
cada obra, agrega, tiene un poder de sugestión. Cada
espectador tiende a distribuír un tema, posiblemente siguiendo ese
principio de adecuación del que habla Gombrich, y es por esto que el
artista debe revelar las posibilidades significativas de la obra. Así,
aspectos de la realidad objetiva son reconocibles pero totalmente
trastocados:
La barca se alejaba
Sobre las olas cóncavas
(“Départ”)
Si bien existe un intento de
precisar lo vago y lo informe al describir la cualidad cóncava de las
olas, el resultado es fallido si se continúa considerando que el modelo
de mar que ofrece la realidad objetiva. Pero siendo una realidad
poética, este mar solidificado por lo que su forma puede ser descrita de
acuerdo a los criterios geométricos que concibe el autor. Vemos las
olas tal como podríamos verlas representadas en una pintura. Por eso,
a pesar del movimiento de “la barca que se aleja sobre las olas”,
nos hallamos, en el fondo, en un mar detenido, en el que lo informe
producido por el continuo devenir de las olas pierde validez. Se trata
de la estaticidad del movimiento confrontado a un movimiento existente
puesto que una barca se aleja. En síntesis, la calificación operada en
“olas” es resultado de un proceso de concreción de lo informe, de
precisión de formas vagas y por tanto, de una trastocación de su valor
usual al ser una imagen “humanizada”, o mejor aún, concebida de
acuerdo a patrones constructivos del poeta.
Son numerosas las imágenes
plásticas de Huidobro. La verticalidad, por ejemplo, es sugerida en
estos versos:
Llueve sobre el camino
Y voy buscando el sitio
donde mis lágrimas han caído
(“Camino”)
La verticalidad se expresa
mediante la caída de la “lluvia” y las “lágrimas. La
trasposición entre estos dos elementos nonos es desconocida. Ya en
Horizon carré se la ha realizado.
En otros momentos la
reconstrucción del sentido no es tan evidente:
Las tardes prisioneras
en los rincones fríos
Y las canciones cónicas en los
jardines
Golondrinas sin alas
entre la niebla sólida
(“Luna o reloj”)
La adjetivación -“canciones
cónicas”- no corresponde a algún hecho del mundo objetivo que por
alguna asociación de semejanza o contigüidad se pueda establecer. El
sonido toma cuerpo cónico en un contexto de ideas sueltas, aparentemente
deshilvanadas, y por supuesto, fragmentadas. La indeterminación
predomina en los versos a pesar de la concreción y la tangibilidad que
se muestra en el ambiente: “prisión”, “conicidad”, “solidez”, que
remiten a “encierro” y sobre todo a la materialidad cubista.
Dame tus collares encendidos
Bajo el azul simétrico
(“Osram”) |
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Una forma bastante calculada
para referirse a la uniformidad del cielo y a una posible alusión a las
estrellas. Lo cósmico no es inaccesible en la poesía de Huidobro. Así
como una estrella desclavada cae al estanque (“Nouvelle chanson”), el
hombre tiene posibilidad de hacer uso de los astros o del cielo como si
fuesen cualquier objeto cotidiano:
El cielo tan obscuro
Que los cabellos eran sólo humo
En mis dedos hay secretos de
alquimia
Apretando un botón
Todos los astros se iluminan
(“Nadador”)
No sólo la materia se disuelve
en un fragmento como este -“los cabellos eran sólo humo”-, sino
que la separación entre el hombre y los astros desaparece por la magia
de sus dedos: con sólo tocar un botón lo cósmico funciona a modo de
cualquier artefacto moderno, acorde con este ambiente creado.
En otros momentos, el hombre
adquiere dimensiones sobrehumanas y reconstruye –“cose”- el
mundo como cualquier objeto cotidiano:
Soy el viejo marino
que
cose los horizontes cortados
(“Marino”)
El poeta traduce en palabras su
visión plástica, y por tanto matérica, del mundo. La naturaleza es
creada de acuerdo a los criterios “artificiales” del hombre. También el
tiempo es expresado mediante recursos espaciales y plásticos:
Los frutos que caen son
ovalados
Y las horas también
(“Donjon”)
y en “Horas”
De cuando en cuando
las horas maduras
caen
sobre la vida
La traslación metafórica que se
opera entre “frutos” y “horas” es evidente. Sigue siendo
interesante la concreción material, y hasta con cierta sugerencia al
volumen (“frutos”), de algo intangible y abstracto como son las
“horas”. El paso del tiempo, además, no es descrito mediante
recursos temporales sino a través del objeto: la maduración del fruto
es indicativo de que las horas pasan.
Llevo los siglos entreabiertos
en mis hombros
Llevo todos los siglos y no
caigo
(“Vermouth”)
El tiempo es manipulado como un
objeto. En Ecuatorial sucede algo similar cuando escribe “SIGLO
ENCADENADO EN UN ÁNGULO DEL MUNDO” en el que más bien se enfatiza su
situación estacionaria, detenida. En otros momentos, por el contrario,
el tiempo transcurre pero es aludido mediante la expansión espacial, la
estructura del viaje en Ecuatorial se basa en buena medida en
este recurso.
El vagabundo cuotidiano
Recorrió todo el siglo
(“En marcha”. P.A)
Susana Benko (1956,Caracas,
Venezuela) es licenciada en Letras (UCV), magíster en Literatura
Latinoamericana por la Universidad Simóm Bolivar (USB), investigadora,
crítico de arte, docente y museóloga. Este artículo es parte de su
libro “Vicente Huidobro y el Cubismo”, 1993. |
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