Cuando decidimos hace casi 8 años crear la muestra de video
UNEATABLE / INTRAGABLE; con el objetivo de revisar el
panorama del video performance chileno, creíamos necesario hacer
circular una imagen critica a los discursos exitistas con que
las artes visuales se intentaban promocionar internacionalmente.
El gesto, testimonial y rabioso en apariencia traducía una
lucidez negativa respecto al lugar que el circuito arte chileno
daba a expresiones como la performance u otras indagaciones
estéticas políticas corporales.
El gran delito al que se acusaba a la performance es dejar en
entredicho la facticidad triunfalista de la “imagen país” que
movilizaba las artes visuales de aquella época. UNEATABLE /
INTRAGABLE nació para mirar de otro modo esos cuerpos
triunfalistas que promovían el neoliberalismo cultural y su idea
de flotación capital.
De algún modo UNEATABLE / INTRAGABLE quería poner en
evidencia la monstruosidad de la performance. Monstruosidad que
no es otra cosa que encender un cuerpo refractario y disidente,
que dice NO a la clasificación, al control y el desbaratamiento
de las rugosidades críticas. Esas que le sirven para defenderse
de la homogeneidad que propicia el capitalismo aplicado a la
cultura para así transformar el arte en puro intercambios de
consumo y pactos de compostura.
La primera versión del festival de performance UNEATABLE /
INTRAGABLE ocurrió en octubre del 2019, convocó a cerca de
una decena de artistas a pensar una manera de aparecer desde una
estrategia de incomodidad para intentar escapar del ojo
vigilante del sistema clasificatorio que promueve el arte en
Chile, siempre interesado en dividir, taxonomizar y clasificar,
en un claro modelo que disfraza reclamos de profesionalidad para
movilizar en sordina una inamovible delimitación económica.
La versión 2 de este festival se hizo en medio de la locura del
contagio. Días oscuros donde el terror y la desconfianza
parecían coparlo todo. Convocamos otra vez a varios artistas
nacionales e internacionales a pensar desde el eje curatorial
“Las formas de la incertidumbre” buscado activar un dialogo que
conectara miedo, resistencia y esperanza. Este es un dialogo con
el artista Leonardo Salazar, creador de la plataforma de arte
contemporáneo CUBOSOMA21 y también es co-director del festival
UNEATABLE / INTRAGABLE, para juntos reflexionar sobre
cuerpos, políticas de cuerpo en torno al arte y la vida.
¿Coincides conmigo que el cuerpo busca en su posibilidad de
monstruo aparecer en la performance como una entidad difícil de
clasificar?. ¿Como si esa resistencia a buscar un nombre haría
el dibujo utópico de pensar lo corporal como un espacio de
emancipación y soberanía?
Sin duda que sí, tu pregunta me hace reflexionar que desde niños
nos enseñan a temerle a un monstruo, nos los presentan en
canciones infantiles, películas, libros de fantasía etc. Esa
presencia inconcebible e incomprensible supuestamente nos debe
dar miedo.
Son parte de las tramas que configuran en nuestra mente desde
antes incluso que tengamos noción de quienes somos nosotros
mismos; y luego nos introducimos en una sociedad que se compone
a partir de puros binarismos (exitoso/fracasado, normal/anormal,
amigo/enemigo). Entonces creo que quizás ese miedo que te
enseñan desde la infancia tiene como síntoma crear un miedo
colectivo de deber ser siempre lo que nos dicen que es bueno,
para no ser lo que nos dicen que es malo. Es parte de las formas
de alienación social y de la producción de consumidores
compulsivos que temen no encajar en la máquina.
Pero a pesar de tantas estructuras impuestas también existen
derrames críticos, y citando un poco a Huidobro el ser - humano
es un territorio desmesurado. Hoy veo lo monstruoso como ese
desborde que finalmente siempre de alguna u otra manera nos ha
atraído aunque sea en lo más profundo de nuestra conciencia. Por
lo tanto la performance en esa fuerza indómita que la moviliza
busca desarticular constantemente cualquier intención de
clasificar el cuerpo y el pensamiento.
En el primer UNEATABLE, que realizamos en la galería de Arte Ojo
de Pez, un par de trabajos creo se adelantaron de una manera
extraña y especial a los sucesos que pronto se harían una
ineludible realidad. Estoy pensando en la obra de Aldo Alcota
que accionó cargando la palabra HAMBRE y la acción de Kevin
Magne movilizando la figura tenebrosa del “virus”. Recordemos
también que solo una semana después del festival el país vivió
los sucesos que se conoce como el “estallido social” el
18/10/2019 en Chile. ¿Qué te pareció ésa primera versión del
festival y la aparición de esas obras en particular?
Kevin Magne. UNEATABLE 1. Taller Ojo de Pez. Fotografía de
Araceli González.
Santiago 2019.
La invitación que nosotros hicimos a los
artistas y colectivos de performance fue justamente a pensar
obras que trabajaran la idea de desmesura crítica respecto al
sistema y las instituciones culturales de nuestro país. Por lo
tanto Chile, conocido como un laboratorio del neoliberalismo
extremo, nos ofrece importantes capas y mesetas analíticas para
reflexionar sobre urgentes asuntos vitales de la existencia,
para visibilizar como operan las violencias simbólicas, las
borraduras de la memoria, la impunidad, los pactos de silencio,
el clasismo o la injusticia social.
Aldo Alcota. UNEATABLE 1. Taller Ojo de Pez. Fotografía de Antay
Ibarra. Santiago 2019.
Es muy potente presenciar una obra de performance la cual
analizas e interpretas in situ, pero que después de un tiempo
estas adquieren una profunda connotación y significación, como
lo fue en el caso de las performances que mencionas de Aldo
Alcota y Kevin Magne que acontecieron en la primera versión del
festival. Y también es algo que los artistas de performance
venimos evidenciando hace años en nuestro lenguaje corpo
político.
También en el UNEATABLE 1, dos artistas plantearon sendas y
brutales críticas al sistema de valores que promueve la iglesia
católica. El poeta Cristian Condemarzo y el actor performer Nito
Rojas desenfundaron sus espadas aceradas contra curas y sermones
absolutistas. La idea de ambos artistas era acusar al clero
chileno de ser directo promotor del abuso y el neoliberalismo
extremo.
¿Cómo ves la performance que, a riesgo de plantearse visualmente
sobrecargada, ruda y hasta violenta, asume la tarea de acusar y
denunciar injusticias? ¿Qué es para ti más importante, la forma
estética o el contenido político de la obra?
Nito Rojas. UNEATABLE 1. Taller Ojo de Pez. Fotografía de Antay
Ibarra. Santiago 2019.
Creo que tanto la forma estética y su contenido discursivo deben
coexistir en armonía; entonces el trabajo del artista también
seria lograr que estos dos elementos se potencien mutuamente.
Me gustó mucho la idea de que pensáramos nuestro festival casi
como un
carnaval andino que se activa en la hermandad y la rebeldía. Y
claros ejemplos de aquello fue Nito Rojas y Condemarzo, quienes
ejecutaron acciones cargadas de visualidades y objetualidades,
pero también con una crítica sumamente punzante que sin miedo
apuntaba a la cara a curas y políticos. Recuerdo sus acciones en
el festival como una suerte de barroquismo cargado de fuerza
crítica que nos estimularon a re pensar ideas respecto a la
vida, las comunidades, las utopías, la memoria y las
identidades.
Cristian Condemarzo. UNEATABLE 1. Taller Ojo de Pez. Fotografía
de Antay Ibarra. Santiago 2019.
En la versión UNEATABLE 2, la artista argentina Graciela
Ovejero Postigo y el Colombiano Arley Candamil miraron
críticamente la historia reciente de sus países. Ovejero Postigo
tensionó la idea positivista de modernidad y desarrollo que
fundaron el pensamiento republicano de su país. Ella trabajó con
un texto de Esteban Echeverría, que aparentemente compacto y
equilibrado empieza a filtrar toda una idea de extrema violencia
racionalizante. Candamil en tanto nos sorprende con la
exposición en primer plano de comprometedoras fotos del
cuestionado ex presidente Álvaro Uribe Vélez en encuentros con
conspicuos representantes de la política “extra-política o
para-política” colombiana. Mientras se escucha fragmentos del
programa radial que hacia el locutor Jaime Garzón
violentamente asesinado en un confuso incidente que más parece
venganza por las continuas críticas de éste hacia el ex
presidente, severamente vinculados a crímenes y escándalos.
¿Por qué crees que la performance es tan directa en la denuncia
política y cultural? ¿Por qué crees que el arte visual se cuida
tanto de no hacer evidente su reclamo y los artistas del cuerpo
se lanzan con todo a la batalla?
Partamos con la premisa que la performance es fundamentalmente
cuerpo y el cuerpo es político, pensando esta afirmación como un
cuerpo individual pero por supuesto que también colectivo. El
arte de performance es una disciplina muy potente, nos abre un
espacio rico en cuanto a posibles lecturas y reflexiones
críticas, nos permite estudiar distintas nociones respecto a la
corporalidad, su contingencia ya sea en aspectos sociales,
étnicos, sexuales, políticos, etc.
Es por eso que el trabajo de Graciela Ovejero Postigo y Arley
Candamil creo son tan agudos y sagaces,
ya que son cuerpos comprometidos con su contexto socio político,
no están para nada ajenos a las consecuencias de vivir en una
América latina tan neoliberalizada. Son voceros de los
territorios geográficos que habitan y sus acciones vuelven carne
las consignas, imágenes e informaciones de muchos cuerpos que se
han puesto en la lateralidad y refractariedad de los discursos
hegemónicos.
Graciela Ovejero Postigo. UNEATABLE 2. 2020.
La performance quizás a diferencia de otras artes es que
no busca decorar, agradar, ni crear una ficción. Y creo que al
ser una manifestación honesta del cuerpo que no pretende ser
cosificada y mucho menos comercializada la vuelve por esencia
desobediente y denunciante.
Arley Candamil.
UNEATABLE 2. 2020.
En la versión 1 como en la 2 participaron artistas sonoros.
Colectivo No y la anarquización del sonido extremo, Cris Pintoi
y sus observaciones poético sonoras de la naturaleza en especial
las aves chilenas y en la versión 2, Mario Z y Renato Ortiz
Sandivari. Z, aproximándonos a su proceso material y biográfico
y Renato pensando la sonoridad de la elasticidad en objetos
ordinarios y lúdicos. ¿Cuál es la relación que crees se arma
entre sonido y performance?
La relación entre arte sonoro y performance es un territorio que
aún tiene mucho por ser investigado. Es súper interesante la
posibilidad de apreciar una performance solo a través de
nuestros oídos. Las ondas sonoras que se
crean cuando un cuerpo vibra nosotros las recepcionamos, y por
un momento nos podemos conectar en una singular frecuencia a
través del sonido.
Es algo muy fascinante pero que personalmente estoy recién
conociendo, presenciar el trabajo del Colectivo NO fue una
experiencia muy reveladora, nunca había oído un grupo que
llevara tan al límite los sonidos y que plantearan esta
propuesta como una
forma de resistencia; realmente transforman el ruido en su arma
de lucha. En el primer festival también complotamos con PINTOI y
su trabajo de registro bio acústico. Este año la improvisación
objetual-sonora de Renato, además de
la combinación de soportes (pictóricos, sonoros, performaticos)
en la obra de Mario Z; me hacen pensar que finalmente son
prácticas que crean un interesante dialogo entre sonido,
espectador, y el contexto espacio temporal donde esto acontece.
Indiscutiblemente son expresiones muy experimentales que debemos
continuar pesquisando en las próximas versiones de
UNEATABLE.
Fotograma del video “la vieja alegría y la nueva que viene” de
Mario Z. UNEATABLE 2. 2020.
¿Qué te parece el trabajo de Oscar Gavilán y Pati Cepeda
presentados en el UNEATABLE 1?. En ellos hay cuerpo presente,
marca y huella. ¿Podrías pensar una relación también con la obra
de Karina Capitana y Héctor Canonge que se presentaron en esta
segunda versión?. Si me permites adelantarte creo que Gavilán y
Cepeda tienen búsquedas parecidas, en ambos hay deseos de
transformar el espacio cotidiano en un recinto para buscar lo
extramaterial, lo que está más allá de la realidad en que los
objetos simples prestan su funcionalidad. En Karina y Canonge
advierto diferencias. Un habla y expresa sin frenos, pero oculta
su identidad y en otro el acto de hablar y sentir se encuentra
limitado. En ambos cuerpos veo una lucha por “ser y estar”.
Oscar Gavilán. UNEATABLE 1. Taller Ojo de Pez. Fotografía de
Antay Ibarra. Santiago 2019.
Oscar Gavilán trabaja temáticas bastante acuciantes ligadas a la
revalorización crítica del paisaje social y cultural. En la
actualidad se ha embarcado en una aguda reflexión sobre los
cuerpos desde un planteamiento casi maquinico diría yo. En la
acción que realizó en
UNEATABLE 1 él utilizo muchas
patas de pollo que se me presentaban como fragmentos de un
sistema bio político de reproducción
social de cuerpos. También Pati Cepeda al igual que Gavilán
desde el accionismo desarrolla una investigación
que emplea el cuerpo como vehículo de comprensión e interacción
a partir de los distintos territorios y comunidades en que ella
ha habitado. Es esa vida nómada que la llevo a una indagación
por la búsqueda del sentido en la contemporaneidad avasalladora
del hoy y la supresión de lo sagrado.
Pati Cepeda. UNEATABLE 1. Taller Ojo de Pez. Fotografía de Antay
Ibarra. Santiago 2019.
Situándonos en el presente año con UNEATABLE 2, fue un festival
que por el contexto mundial debimos virtualizar, esto permitió
conectarnos al sur de nuestro país con Karina Kapitana quien
hace años viene desarrollando una poética artística desde la
marginalidad con eminente resistencia feminista.
Karina Kapitana. UNEATABLE 2. 2020.
Héctor Canonge desde USA nos presentó una obra titulada "Sweettening
My Fears" (endulzando mis miedos), registro que mostraba al
artista con guantes quirúrgicos, mascarilla facial, paletas de
caramelos y en su intento de ingerirlas se veía impedido debido
a la obstaculización de su vía oral. Ambos, Karina en el espacio
público, como Cononge en un espacio íntimo, pienso que apuntaban
entre otras cosas hacia la libertad de los cuerpos y la
conciencia en tiempos de pandemia.
Fotograma del video “Sweettening My Fears” de Héctor Canonge.
UNEATABLE 2. 2020.
Escrito por Samuel Ibarra Covarrubias y Leonardo Salazar.
Organizadores del Festival de Performance UNEATABLE /
INTRAGABLE.
Agradecimientos a la red de Artistas Yungay y a Taller Ojo de
Pez.
Santiago de Chile. Octubre 2020.
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