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El
principio - Europa
Estamos celebrando el centenario
del surgimiento del Surrealismo como movimiento fundamental,
dentro de lo que ha sido el devenir filosófico y cultural de los
siglos XX y XXI. Esta aventura parte en 1919, luego que con la
muerte de Jacques Vaché un 6 de enero, André Breton realizará un
prólogo para la edición de las cartas de quien a su juicio fue
uno de los primeros surrealistas y quien además, le diera la
inspiración para articular un colectivo que fuera capaz de dar
respuesta a una serie de interrogantes, sobre lo que el ser
humano desconocía como propio, y que lo conduciría hacia la
aventura del conocimiento de lo maravilloso, el cual en gran
medida residía en su inconsciente. Ese mismo año edita junto a
Philippe Soupault y Louis Aragon, la revista Littérature
(que duraría hasta 1924 con 33 números aparecidos en ese
período). Luego seguiría la publicación de Les Champs
Magnétiques (Los Campos Magnéticos), que es considerada la
obra fundacional del automatismo en la escritura. A partir de
esos hitos, la actividad surrealista continuó incesante,
teniendo Littérature, 33 números hasta 1924, año en que
aparece el Primer Manifiesto Surrealista. A esas alturas
ya otros surrealistas han engrosado las filas del movimiento.
Con el transcurrir del tiempo, se vendrían otras publicaciones,
sumado a acciones decididas en contra del sistema socio-político
imperante, exposiciones, hallazgo de nuevas fuentes de
exploración y actividades que se multiplicarían por todo el
mundo. Uno de esos lugares, fue Chile, que ha sabido de una
actividad periódica y constante desde la aparición del Primer
Manifiesto. Ésta aventura en suelos nacionales, es la que
revisaremos en el siguiente ensayo.
El Surrealismo como movimiento revolucionario,
que busca la liberación del ser humano en todos sus aspectos, ha
tenido una larga historia de un siglo en la cual se ha
manifestado en las ideas, así como en las diversas artes y
expresiones culturales. Ese pensamiento se expresa como fuerza
creadora interviniente en la literatura, la plástica, el cine, y
hoy con más fuerza también en la música, la danza y el teatro.
Así también, se están difundiendo cada día publicaciones con sus
ideas, que al no estar sujetas a conceptos dogmáticos, se van
encontrando con los nuevos desafíos que le impone el medio
social-cultural y político y de esta manera adaptándose y
cambiando en ciertos postulados, al ir recogiendo la
problemática del nuevo siglo. En este sentido no podemos hablar
del Surrealismo como una escuela literaria ni artística, ya que
su esencia manifestada se expresa de diversas maneras en los
diversos medios expresivos, aunque siempre en pos de la búsqueda
de lo maravilloso, y con un claro y fuerte mensaje de
transformación revolucionaria. Entonces lo correcto no es hablar
de literatura surrealista, si no que del Surrealismo en la
literatura o el Surrealismo en la pintura, etc. y en ese
sentido, dadas las circunstancias actuales; el ejercicio del
acto creativo transformador de la vida y la sociedad, hoy se
hace aún más necesario como agente liberador. Por lo mismo, este
movimiento desde 1919 nunca ha cesado sus actividades en busca
de lo que Breton definió como “el oro del tiempo”. Hoy el
Surrealismo sigue muy presente en la creación literaria en los
cinco continentes, y en esos trabajos, la manifestación de lo
ignoto, el eros, lo delirante, lo onírico y los planteamientos
de insumisión al sistema neoliberal, entre otros, son sus
características más visibles, porque es bien entendido por los
surrealistas que mientras la humanidad camine en las sombras,
habrá un faro de luz insumisa que impulse un cambio social y la
transformación del espíritu. Recientemente, hace unos años, a
propósito de los sucesos que acontecen en el mundo, y
especialmente en lo que concierne a lo político y cultural se ha
emitido una declaración por parte del Movimiento Surrealista
Internacional, el cual cito: “La
pintura, la poesía, la fotografía, la escultura y el cine, entre
otras actividades, son, para nosotros y nosotras, medios para
transformar nuestra relación con el mundo. La inspiración
poética no es un fenómeno secundario para nosotros y nosotras;
es esencial para todo arte auténtico. Abandonar la inspiración
poética en aras de las presiones sociales o del mercado daría
lugar a la absurda consecuencia de destruir el espíritu creativo
en sí mismo”.
Expo en Lima, 1935
Chile 1925
- 1938
En 1924 cuando se hace público el
Primer Manifiesto del Surrealismo, un poeta chileno, Juan
Emar (pseudónimo que es su Alter ego, proviene del
argot francés «yo estoy hasta la coronilla o «J´en ai
mare».) Quien en sus sucesivos viajes se encuentra en París
teniendo contacto con el grupo en formación en torno a Breton.
Emar entonces conoce de la publicación del primer manifiesto y
le pide a su esposa Sara Malvar que transcriba y traduzca el
texto del primer manifiesto de André Breton de 1924, y publica
su texto el lunes 23 de marzo de 1925 apareciendo como:
Manifiesto del Suprarrealismo (sic), página 09 Nota
de Arte número 39. Emar es un influyente vanguardista de
la época y junto a Vicente Huidobro serán quienes alienten y
estimulen los inicios del Surrealismo en Chile. Ambos con sólida
formación y con capacidad de ver la anquilosada realidad chilena
de la época y plantearla críticamente, ven en las vanguardias
europeas una posibilidad de expansión cultural. Ellos y su grupo
de incondicionales abren un camino en la defensa de la escritura
fundamentada del arte moderno y tratan de hacer adeptos locales.
La gran distancia con los centros
de arte y como estas noticias del arte de vanguardia, son
conocidas tempranamente provocan una nueva la valoración del
trabajo del grupo encabezado por Emar que se integra en
febrero de 1923 al periódico La Nación donde inicia sus
escritos, que son un cúmulo de tareas de sus colaboradores. Son
ellos, los más fieles promotores de las nuevas ideas del arte
del siglo XX. Entre ellas el cubismo, el futurismo y el
surrealismo, estilo de escritura que maneja para redactar su “Umbra”
(nombre con que se titulaba su columna en el periódico) que
son parte del patrimonio poco publicitado y no reconocido en
función de la llegada a Chile de las ideas del Surrealismo. Es
conveniente agregar algunos nombres de toda una generación casi
extraviada, Jaime Dvoreski (Dvor), Carlos Sotomator, Gabriela
Rivadeneira (segunda esposa de Jean Emar), María Valencia Díaz,
Waldo Parraguez, que cerca de 1933 y el 35 ya exponen sus
avanzadas obras plásticas en exposiciones surrealistas tanto en
Chile como en Lima.
En
febrero del ´35 Cesar Moro organiza con Emilio Westphalen la
primera exposición surrealista de Latinoamérica, en la
Academia Alcedo de Lima. Participan Moro y los chilenos: J.
Dvor, W. Parraguez, G. Rivadeneira, C. Sotomayor y Valencia
Díaz., los trabajos son trasladados por la propia
María Valencia,
que ya habían realizado en su país, en 1933 y 34, una inicial
exposición de arte abstracto.Sobre
esta muestra en Lima en 1935, se investiga a la luz de sus obras
de Cesar Moro y los chilenos una exposición de Pintura Nueva, en
la que participan junto a treinta y ocho pinturas de Moro, María
Valencia Díaz, viaja con el envío chileno de los jóvenes
integrantes del inicial proto-surrealismo chileno. El título de
esa primera muestra: Exposición de las
obras de Jaime Dvor, César Moro, Waldo Parraguez, Gabriela
Rivadeneira, Carlos Sotomayor, María Valencia Díaz.
1938 - 1960
Mandrágora
es un grupo esencialmente de Surrealismo literario, que se
inicia con su creación poética en 1932-1933 primeramente en
Talca para posteriormente trasladarse a Santiago, donde su mayor
actividad fue entre los años 1938- 1944, con los exponentes
Braulio arenas, Enrique Gómez Correa, Jorge Cáceres y Teofilo
Cid.
Hay que entender que el impulso
de este grupo surrealista se dio gracias a que Vicente Huidobro
traía de sus diversos viajes a Francia, revistas y mucho
material que tenía que ver con éste movimiento (Revista
Littérature, y publicación del Manifiesto Surrealista entre
otros). Pero este grupo de jóvenes deciden una década más tarde
actualizar el concepto y contextualizarlo dentro de una realidad
intelectual nacional incorporándole elementos propios de nuestra
cultura chilena. “Escribieron a André Breton, quien,
sorprendido de tener seguidores en estas latitudes, los acoge y
les concede la venia para explotar su "marca registrada" como
mejor les pareciera.”[1]
El 11 De Julio de 1938, en La Universidad de
Chile anuncian el nacimiento del grupo con el lanzamiento de su
revista Mandrágora: Poesia, Filosofía,
Pintura, Ciencia, Documentos.
La revista alcanzó a publicar un
total de siete números, desde 1938- 1943 en los cuales
participaron diversos artistas e intelectuales chilenos tales
como; Gonzalo Rojas (La miseria del hombre), Fernando Onfray
(Trillada fábula en pro de la abolición del colmillo), Gustavo
Ossorio (Presencia y memoria), Jorge Cáceres, Vicente Huidobro,
Pablo de Rokha, el pintor Eugenio Vidaurrázaga, Mario Urzúa, el
músico Renato Jara, Alejandro Gaete y Mario Medina.
Mandrágora
se postula como prolongación y en sincronía con el surrealismo
que asoma en el viejo continente, especialmente con el Grupo de
París que es su origen. Por aquellos años surge un fenómeno de
un ascenso de capas sociales medias, ligadas al Frente Popular
durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, pese a este
ambiente, el grupo no participaría activamente en la vida
política-social de aquellos años de procesos revolucionarios en
Chile, manteniéndose circunscrito a la agitada actividad
literaria e intelectual de la época. Si bien, el énfasis que
tuvo éste grupo en sus primeros momentos fue encumbrarse como un
proyecto que buscaba la socialización dentro de un discurso
político, el cual era coincidente con sus pares europeos, los
cuales propiciaban la destrucción del capitalismo imperante
reuniendo de algún modo los principios marxistas, pero sin
colaborar directamente con proyectos de la izquierda política
del momento. Luego hubo un distanciamiento frente a este
postulado y se apegaron hacia los manifiestos del surrealismo
francés que se distanciaba del Comunismo Stalinista.
Posteriormente, la búsqueda y el enfoque dentro del Surrealismo
que siguió el grupo se acercaba netamente al culto del
inconsciente freudiano.
Para éste grupo más allá de la
organización social de masas en contra del poder burgués la
clave estaba en la liberación del pensamiento y en una actitud
frente a la vida cotidiana, lo que se ve reflejado también en
sus poesías y publicaciones en la revista homónima.
Dentro de las actividades
expositivas del grupo se debe contar la de Santiago en 1941. Se
realiza la Primera Muestra Surrealista del grupo Mandrágora
en La Biblioteca Nacional en diciembre de ese año.
Se hace referencia en una página del periódico:
El Siglo del 31 de diciembre de 1941, posteriormente en 1943
organizan la exposición titulada Soireé
Surrealista, el 28 de junio. Una muestra
compuesta de objetos, dibujos y collages de Jorge Cáceres Toro
y Braulio Arenas. Postulo que ambas actividades son en la
Mueblería-Galería Rosemblatt.
Es preciso además dar
antecedentes de la Exposición Internacional del Surrealismo
de 1948, con obras de los ya consagrados surrealistas
internacionales y los collages, de los miembros locales, esto en
la Galería Dédalo de Santiago, desde el 22 de noviembre
al 04 de diciembre del ‘48. Inmediatamente después se monta e
inaugura en la misma galería la primera muestra individual de
Roberto Matta, desde diciembre de 1948, hasta enero de 1949
(quien además retornaba por primera vez a Chile).
Éste grupo publicó el libro “El
A, G, C de la Mandrágora” en el año 1957, teniendo solamente
500 ejemplares numerados y donde Incluye a Braulio Arenas,
Enrique Gómez Correa y Jorge Cáceres. Esta edición
particularmente no integra a Teófilo Cid, porque, supuestamente
había impugnado la inconsistencia del grupo en sus trazados
surrealistas y porque parte de sus comportamientos eran
contrarios a la integridad de la norma vanguardista.
Este quizás fue el último acto de
Mandrágora, después estos poetas continuaron
separadamente sus respectivas carreras literarias, en el caso de
Jorge Cáceres ya había fallecido en 1949, Teófilo Cid seguiría
escribiendo y publicando hasta cerca de mediados de la década
del 60 (fallece en 1964), Braulio Arenas hasta fines de los 80
pero sus escritos se fueron alejando de los postulados
surrealistas hasta concluir en un distanciamiento irreversible.
En cambio Gómez-Correa siempre se mantuvo dentro de los
lineamientos del Movimiento Surrealista.
Otro poeta importante cercano a Mandrágora
es Rosamel del Valle, quien Gómez-Correa diría de él: “Sólo
Rosamel del Valle pudo haber pertenecido a Mandrágora “.
Aquí se hace necesaria una aclaración: a pesar de haber estado
en contacto con ciertos poetas de Mandrágora y de la
innegable realidad de que sus poesías se acercan al ambiente
surrealista, Rosamel del valle no puede ser considerado
-ortodoxamente- un surrealista, como tampoco uno de los
precursores. La fase definitiva de la obra de Rosamel del Valle
(nacido en 1901 y muerto en 1965) empieza con su libro Orfeo
(1949). Un poeta cuyo trabajo corrió a veces paralelamente con
el surrealismo, pero que nunca hizo parte de un grupo, de una
corriente, de una generación: un francotirador, ¡y de los
grandes! Lo mismo se puede afirmar de Los poetas Carlos de Rokha,
Eduardo Anguita, Juan Negro, Stella Díaz Varín, Gustavo Ossorio,
Humberto Díaz-Casanueva, Dámaso Ogaz, y el mismo Juan Emar, a
quienes yo denomino surrealistas sin militancia. Este grupo de
poetas designados en algunas oportunidades como poetas
herméticos o metafísicos, en realidad poseían toda la
esencia que distinguía a la poesía surrealista. Todos ellos
animaron gran parte de la escena de los años 40 en adelante al
igual que los poetas de Mandrágora.
Punto aparte es el pintor Haroldo
Donoso (1905-1958) quien práctica una pintura surrealista
Profesor de pintura de Dámaso Ogaz y amigo de Ludwig Zeller, es
el único que mantiene su posición dentro del imaginario
surrealista, a diferencia de los pintores del 35 que
paulatinamente cesan en su entusiasmo por estas ideas.
Exposición
de 1970
1961 - 1973
Estos años cuentan con la aparición y surgimiento de un número
de surrealistas de características interesantes en términos de
su rol como pivote o eslabón entre las primeras manifestaciones
surrealistas y la de las generaciones actuales. A diferencia de
la generación precedente, estos estaban ligados además a la
plástica. Pese que no conformaron un grupo surrealista como tal,
sus diversas y permanentes acciones dejaron huella para las
generaciones futuras, ya Matta había realizado varios de sus
viajes a Chile, pero su contacto con esta tierra no hacía
resurgir una simiente nueva para la surrealidad en estas
latitudes, debido a que sus permanencias temporales hacían
difícil esta labor. El grupo en torno a “Mandrágora” se
había disuelto, Jorge Cáceres había fallecido y Cid ya no
participaba del grupo.
En 1961 Dámaso Ogaz viaja a
Venezuela y en el 62 a Europa, y es en París donde se empapa de
las ideas del Surrealismo, vuelve a Venezuela en 1967 y se
integra a las actividades literarias de “El techo de la
ballena” y una fuerte actividad en el Mail Art.
Entonces por eso años fue fundamental la labor de
empuje y difusión que realizaron Ludwig Zeller y Susana Wald,
quienes se conocieron el año de 1963 y que a partir de entonces
concentran una actividad surrealista fecunda que perdura hasta
el día de hoy y que ha sido inspiración para todas las
generaciones posteriores.
Es así mismo célebre en 1968 por parte de Zeller
y Wald, la fundación de la “Casa de la Luna”, que fue un
café cultural y una revista del mismo nombre del que aparecieron
dos números. Esta actividad tuvo un tremendo impacto sobre las
generaciones jóvenes de la época, engendrando un impulso vital
que se percibe hasta nuestros días. En ese lugar, comúnmente se
congregaban varios centenares de personas para ver filmes,
realizar exposiciones y asistir a conferencias. Posteriormente,
en lo que se constituye como un hito cultural en nuestro país,
Ludwig Zeller junto a Susana Wald organizan en 1970
“Surrealismo en Chile, El entierro de la castidad"
exposición de gran repercusión, que se celebra en la Universidad
Católica de Chile, donde piden hacer un montaje sin censuras y
en lo que fuera el mayor resumen de la actividad surrealista en
Chile hasta la fecha. Ahí se incluyeron obras de Roberto Matta,
Haroldo Donoso, Rodolfo Opazo, Valentina Cruz, Carmen García,
Viterbo Sepúlveda, Susana Wald, Ludwig Zeller, Dámaso Ogaz,
Nemesio Antúnez, Enrique Zañartu, Juana Lecaros y otros. En 1971
víctimas de las presiones políticas de los dos bandos, ambos
emigran a Toronto Canadá, donde fundan y dirigen Oasis
Publications. Hoy viven y trabajan en Oaxaca, México.
Matta en
Chile
Como citara anteriormente, el
primer viaje de Matta a Chile se realiza en 1948 con
ocasión de la celebración de la exposición del Surrealismo
animada por Braulio Arenas y Jorge Cáceres, en esa oportunidad
además realizaría otras muestras en el país, siendo su estadía
cercana a seis meses. Los vínculos de Matta con Chile contrario
a lo que se piensa fueron muy cercanos, viajó en ocho
oportunidades, siendo seis de ellas de varios meses. A partir
del año 1961, ocasión que pinta un gran formato para la
Universidad Técnica, es que comienza a involucrarse mayormente
de los hechos sociales y políticos que transcurrían en Chile,
los que culminan con el apoyo abierto al triunfo de la “Unidad
Popular en los comicios de 1970 y que llevarían a Salvador
Allende al poder liderando la fórmula de “Vía chilena al
socialismo” una suerte de revolución en democracia en la cual
Matta demostró mucho interés y cercanía, viajando en dos
oportunidades para apoyar el proceso de transformación que vivía
por entonces la sociedad chilena. Ese año de 1961, Ludwig Zeller
quien por entonces estaba a cargo de la Galería de Arte del
Ministerio de Educación organizó y curó una muestra de Matta
en la capital, siendo este encuentro un azar que permite a Matta
tener la oportunidad de realizar una individual supervisada por
otro surrealista que después seguiría sus pasos al viajar e
integrarse al movimiento fuera de su país. Zeller junto a Wald
serían años más tarde en los 90, el eslabón entre Mandrágora
y las nuevas generaciones surrealistas emergentes.
En
el año de 1971, es cuando Roberto Matta, vuelve a aterrizar en
Chile, para convocar a brigadistas de las Brigadas Ramona
Parra (BRP) a realizar en conjunto un mural titulado “El
primer gol del pueblo chileno” con motivo del primer
aniversario del triunfo del gobierno popular y destinado para el
habitante de esta comuna de evidente carácter proletario. El
Surrealismo, debía estar presente e inserto en el conjunto de
escenarios donde se realizaba una revolución libertaria, y donde
se planteaban temas que exponían las ideas del amor, libertad y
poesía. Este trabajo mural, fue realizado en 15 días y fue
pintado en ese año junto a estos jóvenes muralistas de
propaganda callejera. Algunos de estos brigadistas que
estuvieron cerca de Matta, siguieron el camino del arte, y
ligados al muralismo, como el pintor “Mono” González. El mural
estaba tomando cuerpo, y en sucesivos días de trabajo, se
inauguró este mural colectivo el día domingo 28 de noviembre de
1971. Durante el trabajo del mural Matta se ausentó unos días y
viajó a Isla de Pascua periplo que le serviría para revitalizar
su iconografía con la imaginería del pueblo Rapa Nui.
Este mural posteriormente
desaparecería durante los días siguientes al derrocamiento del
gobierno de Salvador Allende, ya que uno de los tantos actos de
barbarie de la dictadura militar, fue el de ordenar el borrado
del mural, al cual posteriormente, y en sucesivas ocasiones, se
le fueron agregando nuevas capas de pintura, tanto así que
inclusive en algún momento se le agregó el logotipo de la
DIGEDER (Dirección General de Deportes y Recreación) Organismo
perteneciente y controlado por el régimen de facto.
Pero hoy se puede apreciar en
gran parte esta obra que quiso ser acallada, gracias a la
iniciativa de poner en marcha la restauración y despeje de las
capas de pinturas sucesivas a las que fue sometida esta obra,
con el objeto de desvelar nuevamente su mensaje dirigido a las
masas populares. Este hecho tuvo amplia cobertura el año 2008,
fecha de su restauración. Era el triunfo del Surrealismo
libertario sobre las sombras del imperialismo que lo quisieron
acallar.
En 1972 Matta viaja a Chile para
ayudar en el diseño de afiches para las elecciones
parlamentarias de ese año. En los años siguientes a 1973,
durante la dictadura de Pinochet, se le negaría la nacionalidad
chilena y su pasaporte sería caducado. Sería la última vez que
visitaría Chile, con el retorno de la democracia el año 1991, su
edad avanzada le impedirían retornar y sus contactos serían
epistolares o vía imagen satelital.
1973 - 1995
Con la ocurrencia del golpe de estado en Chile y
la instauración de una de las dictaduras más feroces del
continente, el Surrealismo sin Zeller y Wald ha perdido impulso,
varios participantes y cercanos de La casa de la Luna se han
refugiado fuera de Chile y las acciones se centran en la
resistencia desde los partidos de izquierda. Son años en que la
actividad surrealista chilena prácticamente ha desaparecido. Es
entonces cuando el Surrealismo chileno se reforja en el exilio,
jóvenes como Mario Murúa (n.1952) se ven forzados a partir al
igual que Jorge Leal-Labrín (n.1953) quienes se instalan en
París y Freddy Flores Knistoff (n.1948) en Holanda donde funda
junto a Rik Lina CAPA (Colective Action Painting Amsterdam).
Leal-Labrín también participa por un tiempo en este grupo de
pintura automática para después desvincularse definitivamente,
además de este paso por CAPA realiza múltiples
exhibiciones en Europa, para llegado un momento volver
definitivamente a Chile en 1995. Es al año siguiente cuando se
contacta con los jóvenes que están comenzando a formar la
Revista Derrame en la Universidad Andrés Bello de
Santiago, ya que él era profesor de esa casa de estudios. Leal-Labrín
sería colaborador a partir del segundo número de la revista y un
indudable aporte dado sus conocimientos y vinculación con el
Surrealismo internacional. Por esos años él es casi
exclusivamente el único chileno en realizar una actividad
surrealista como tal en el país, donde expone, da clases,
charlas y organiza happenings en los cuales el Surrealismo es
tema central o esencial. Por su parte Mario Murúa quien ha
formado en París el colectivo Magia-imagen viaja
constantemente a Chile compartiendo gran parte de su quehacer
plástico y poético con esta parte del mundo, así mismo forma
talleres de pintura para jóvenes iniciados, dando forma en Chile
a un nuevo quehacer llamado Canimagen (caníbal de la
imagen). Desde los años 90 en adelante Murúa realiza decenas de
exhibiciones en galerías y museos de Chile y al igual que Matta
su residencia en París no lo desarraiga de sus orígenes y
mantiene fuertes lazos sobre todo con su ciudad de nacimiento,
Valparaíso.
1996 - 2011
El grupo surrealista Derrame se
va conformando a partir de la convocatoria surgida de la Revista
homónima que nace en 1996. Su primer formato fue un fanzine
literario de diez páginas (impreso en fotocopias y con
ilustraciones de Aldo Alcota) realizado por un grupo de
estudiantes de periodismo de la Universidad Nacional Andrés
Bello. La publicación reunía creaciones poéticas de los
colaboradores y algunos dibujos. Por esos años Jorge Leal-
Labrín realizaba clases en esa universidad y se decidió a apoyar
y colaborar con este colectivo en sus primeros números. Desde
entonces el grupo Derrame ha sabido sobrevivir durante
casi 15 años, donde de los integrantes originales permanecen
Aldo Alcota y Rodrigo Hernández. En principio, el grupo
surrealista Derrame no existía como tal, solo era un grupo de
trabajo en torno a la edición y publicación de esta revista
literaria surrealista.
Muchos de los iniciadores de la
Revista Derrame se retiraron, quedando a cargo Rodrigo
Hernández Piceros y Aldo Alcota con el proyecto inicial.
En 1999 se decide crear un nuevo
número que adoptó la forma de revista manteniéndose hasta el día
de hoy. Se presentó un mejor diseño y se reunieron artículos que
se acercaban al ensayo y al análisis del Surrealismo. La revista
Derrame comenzaba su etapa de madurez y se comenzaba a gestar el
Grupo surrealista. En aquella edición, colaboraron Jorge Leal
Labrín, Gregorio Paredes, y Jorge Solís.
Roberto Yáñez aportó con sus
poesías, y posteriormente se uniría al grupo.
El rumbo que toma la Revista
“Derrame” es el Surrealismo y en ella se da espacio para
difundir a los integrantes del grupo ‘La Mandrágora’ fieles
representantes del surrealismo chileno en la década del treinta
y cuarenta.
La primera apología fue para
Teófilo Cid. En los demás números se rindió un homenaje a
Enrique Gómez-Correa, Jorge Cáceres y Braulio Arenas.
Con el número tres, en el año
2000, comenzamos a recibir apoyo de la Universidad Andrés Bello
quienes financian la edición. Fueron quinientos ejemplares y
con más de sesenta páginas es la nueva. Se nombran editores:
Rodrigo Hernández Piceros, Aldo Alcota y un tercero, el poeta
Roberto Yáñez. Ese año se consolida la revista tanto a nivel
nacional como internacional.
Un ejemplar del tercer número de
la Revista Derrame fue enviado al animador del ‘Movimiento
Phases’, el teórico francés Édouard Jaguer quien residía por
esos años en París. Con quien se inicia una actividad de
contactos y epístolas, con un viaje de Aldo Alcota el 2002 a su
casa y otra de Enrique de Santiago el 2005, para recoger las
obras de la muestra Phases-Derrame en Chile. Estos contactos de
amistad durarían hasta la fecha de su muerte.
También nuestra Revista llega a
las manos de la señora Natalia Fernández Segarra, hija del
pintor surrealista español Eugenio Granell, y que además se
encarga de dirigir la Fundación-Museo que lleva el mismo nombre
de su padre, en Santiago de Compostela, España.
A partir del tercer número de la
Revista se dio vida al Grupo Derrame, colectivo de
inspiración surrealista. Además, se une la presencia de un nuevo
editor, el poeta Rodrigo Verdugo.
Algunos artistas que toman
contacto con Derrame y reciben nuestra revista: Sergio Lima en
Brasil, Artur Cruzeiro Seixas en Portugal, Alejandro Puga en
Argentina… Todos son figuras esenciales del surrealismo
internacional, que dan su apoyo incondicional a la revista.
La Revista Derrame cuatro, cinco
y seis siguen con la trayectoria de las anteriores: ensayos,
poesía, arte, crítica de libros, dibujos, fotografías y
homenajes a los integrantes de ‘La Mandrágora’, etc. Por esos
años se produce el acercamiento de Stella Díaz Varín quien es
considerada una inspiración de vida surrealista para el grupo.
Se unen desde Sao Paulo, Brasil,
el artista Konrad Zeller, con un importante trabajo en poesía y
collages; el mexicano Enrique Lechuga, músico y artista
surrealista, fundador de la página web “Sonambula,
Surrealismo Latinoamericano”.
Entre el 2001 y el 2003 el Grupo
Derrame desarrolla más de cinco actos artísticos realizados en
el Teatro Cámara Negra, el Café Forestal, la Biblioteca Nacional
y el Museo de Arte Contemporáneo. Es en el Museo donde se
presenta la Revista Derrame 5 con la participación de sus
integrantes. El año 2002 comienza a funcionar la editorial
“Derrame”, cuyos títulos hasta el momento son: ‘Nudos
Velados’ poesía de Rodrigo Verdugo, ‘Color Lux’
poesía de Carlos Sedille, ‘La perseverancia del sueño’ de
Rodrigo Hernández Piceros y Poemics de Daniela Gallardo
Z.
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El año 2004 aparece la Revista Derrame 6 y es presentada con una
lectura de poesía y performances.
Durante
Noviembre del 2004, el Grupo Derrame, más la participación del
pintor Enrique de Santiago, Miguel Ángel Huerta e Iñaki Muñoz
colaboran en una exposición para recordar a Matta en el Museo de
la Solidaridad Salvador Allende en Santiago, que llevó por
nombre “Matta Au Milieu des fauves” que tuvo
exposiciones, recitales de poesía y mesas redondas en otros
lugares de Santiago como el Auditorio del Diario La Nación
(donde funcionó por un tiempo la Galería Derrame, antiguo punto
de reunión del Grupo “La mandrágora”); el Centro cultural ex
Hospital San José, la Galería Centro Norte, etc. Y que contó
con la presencia de obras y poesía surrealistas de autores como
Alcota, Yañez, Verdugo, Cruzeiro Seixas, Jean Benoit, Puga y los
antes mencionados Enrique de Santiago, Miguel Ángel Huerta,
Iñaki Muñoz, además de José Duarte, quienes se unen al grupo a
partir de ese momento.. Comienza entonces una estrecha
colaboración que se materializa en la respuesta a una
convocatoria desde el Museo de la Fundación Granell, donde se
realizó ‘Derrame-Cono Sur o el viaje de los argonautas’,
exposición que se realizó en Santiago de Compostela, en la
Fundación Eugenio Granell.
En esta muestra fueron invitados grandes amigos
latinoamericanos: Víctor Chab, Gladys Gómez y Alejandro Puga
(Argentina) y Konrad Zeller (Brasil).
En el 2005 el Grupo
Derrame ha crecido, ya que se han unido los actores Daniel
Madrid y Bessie Porta. Además durante ese año se suma la
performance y el teatro en dos exposiciones internacionales que
se realizan en Chile: Phases-Derrame La emancipación
poética en la Galería Artium (exposición que marca un
hito en la historia plástica chilena, ya que es la primera vez
que una muestra de Phases se realiza en Chile) y La
Voz del Animal Metafísico en la Sala Guillermo Núñez y que
continuó con una itinerancia en la Galería Taller de Rokha, en
enero de 2006. La muestra de Phases Derrame, sería la última
supervisada por el mismo Edouard Jaguer. En esa oportunidad
Edouard Jaguer escribió un texto especialmente para el catálogo,
y se contó con la colaboración de Jean Michell Goutier y un
texto de Roger Galizot, seleccionado por Jaguer.
En noviembre de 2005, se estrenó
en el Cine Arte Alameda el cortometraje Meninas
Patanoicas de Manuel Basoalto, realizado a partir de
animaciones de Aldo Alcota.
Lo más importante del año 2006 fue la
publicación de la revista Derrame 7 que contó con un
artículo “In memoriam” a Edouard Jaguer, y a la poeta
surrealista Stella Díaz Varín.
Para el 2008 el grupo es invitado a
participar en la exposición Internacional de Surrealismo “O
Reverso do Olhar” en Coimbra, Portugal y en ‘La Historia
de la literatura latinoamericana’ realizada por los
investigadores Mieszko Kardiny y Pawel
Rogozinsky en Szczenin, Polonia.
En junio de este año, Aldo Alcota inaugura su
exposición individual ‘Delicias de lo grotesco’ en el
Museo-Fundación Eugenio Granell en Santiago de
Compostela, España.
Durante el primer semestre del
2009 se presentó en Santiago de Chile la Revista de poesía
‘Labios menores’ dirigida por los poetas Roberto Yáñez y Rodrigo
Verdugo.
En ese año el Grupo Surrealista
Derrame estaba compuesto por: Aldo Alcota, Roberto Yáñez,
Rodrigo Verdugo, Miguel de Carvalho, Carlos Sedille, Miguel
Ángel Huerta, Magdalena Benavente, Enrique de Santiago, Braulio
Leiva y Rodrigo Hernández Piceros. Este mismo año Enrique de
Santiago y Ximena Olguín junto al Grupo Derrame organizan
la Exposición Internacional del Surrealismo “El Umbral
Secreto” con la participación de 188 surrealistas, y la
visita de 17 amigos venidos del extranjero, fueron 7 días de
actividad con exhibiciones de obras plásticas, conferencias
literarias del pensamiento surrealista. Al año siguiente con la
organización y curaturía de Enrique de Santiago y Ximena Olguín
se lleva esta muestra en diversas ciudades de Chile, que
concluyen en la ciudad de Valparaíso el octubre del 2010 con una
exposición de obras visuales, un ciclo literario que contó con
la presencia de Carlos M. Luis, Jorge Kleiman, Mario Murúa,
Rodrigo Hernández y Mario Soro y Ludwig Zeller (quien además por
esos días inauguraba una gran muestra de collages en Santiago
titulada “Regreso al Oasis”). Se realizó además un ciclo
de cine y video surrealista y un encuentro de Performances que
dieron cuenta de la actividad surrealista en los espacios
públicos de este puerto que fue sede del Forum Universal de las
Culturas, donde el Surrealismo llega a subvertir con sus ideas y
propuestas todo aquello establecido por el sistema que subyuga
al ser humano.
En los últimos años ha surgido
una nueva camada de surrealistas jóvenes quienes han colaborado
con las exhibiciones como en las publicaciones surrealistas de
Chile, dentro de estos se cuentan nombres como Magdalena
Isaacson L., diseñadora de vestuarios, pintora, collagista y
actriz, músico y pintora, Iñaki Muñoz quien colabora desde hace
años con “Derrame, es diseñador gráfico, videísta, músico
y pintor, Andrés Soto, pintor e instalador, José Herrera Huerta,
pintor, Sebastián Riveros, collagista, Claudia Vila y Daniela
Sol, ambas destacadas poetas de regiones (Quilpué y Talca
respectivamente). También cabe destacar la larga trayectoria que
ha tenido Carlos Delgado Páez, tanto en las artes visuales como
en la poesía, con variadas exposiciones y publicaciones a su
haber. |
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