MAURICIO REDOLÉS


 

"CREO EN LA REEDUCACIÓN

DEL SER HUMANO".

 

con archivos en mp3.

por Sandra Maldonado H.


 

Mauricio Redolés es poeta, músico y sociólogo.  En un artículo escrito por  Cristóbal Solari, se trata a su poesía de tosca, "poco pulida" y desenfadada todo por que usa en su lenguaje el habla más popular del orbe chileno, santiaguino para ser más preciso.  Eso es cierto, como también lo es que su verso se acerca a lo narrativo: en sus poemas se puede ver la anécdota como motivo.  Pero esto es así porque Redolés no se traiciona, escribe y canta como vive con una sinceridad elogiable.  Algunos de sus poemas son verdaderamente queribles, también sus canciones y algo que se debe tener en cuenta:   Redolés es de gusto masivo y cruza transversalmente a la gente cercana o no a la poesía.  Me pregunto cuántos poetas como él, sin desmerecer la calidad de ninguno, es reconocido y saludado en la calle o por lo menos identificado por el gran público con algunas creaciones que se tararean mientras caminas, "¿Quién Mató a Gaete?" y la versión musicalizada del poema "Nada" de Pezoa Véliz son ejemplos de ello.

 

Este artículo surgió de una breve conversación con el artista en la Biblioteca de Santiago, lo acompañan algunos archivos en mp3 y viejos poemas de más de veinte años.

 




 

 

En 1983 fue publicada  en Europa una antología que reunía a distintos poetas chilenos, que se llamaba "Entre la lluvia y el arco iris".  Tú estabas allí siendo muy joven ¿Te sientes partícipe de esa generación de poetas?

 

La más joven tenía 17 años y era Bárbara Délano que murió en un accidente de avión, en Perú.  El más viejo era Eduardo Parra y yo estaba como en la mitad junto con Gregory Cohen y Roberto Bolaño, éramos los tres del '53.  

 

Habría que sumar después, y aunque no estaban en esa antología, a Veronica Zondek y a Antonio Gil.  Y sí, me siento partícipe de esta generación.

 

En ese mismo libro tu dices que empezaste a escribir para un "adolescente retrasado mental" que encontraste en tu cuarto frente al espejo.  Ahora varios años después ¿Sigues escribiendo para ese personaje?

 

Sí, aunque creo que después hubo un desarrollo de las otras voces.  Como diría Keats en una carta donde escribe que el poeta es el ser que se deja atravesar por múltiples voces, entonces también sigo escribiendo por él, pero además lo hago por otras voces que no soy yo.  

 

Tengo un libro del que he hablado muy poco que escribí en 1993, para el cual estoy tratando de conseguir financiamiento para editarlo.  De él no me siento autor, me da pudor hablar del libro y de hecho no lo considero mío.  Lo mandé a un concurso del Fondo del Libro y no pasó nada; sin embargo ha tenido extensión en el Cómic: alguien se interesó por él e hizo algunas viñetas increíbles, es un dibujante de Quilpué.

 

¿Y ese Cómic está disponible en algún lado?

 

No, con ese dibujante no hemos terminado de conversar.  Yo ni siquiera lo podría usar, aunque tengo los originales, pero no me siento dueño de ellos.  Además están hechos en un papel muy oscuro que son difíciles de escanear o fotocopiar.

 

Además, durante un tiempo estuve recogiendo objetos de esa ciudad de la que yo hablo en mi creación, que los he encontrado la gran mayoría en la calle y una pequeña minoría en mi propia casa o en casas de amigos.  Me han prestado algunos como un objeto que me facilitó la pintora Silvia Castro u otros que me han regalado, incluso uno que conseguí por ser muy patudo, que es un tubo muy raro y por el cual insistí hasta el cansancio, cosa que no hago habitualmente, pero este me alucinó.  

Debo tener doscientos objetos y fotografías para este libro por el cual me he vuelto a entusiasmar ahora que he solucionado algunos problemas que tenía en el orden conceptual y geográfico porque es una obra que ocurre en la geografía.  Ahora con Google e Internet uno puede ver fácilmente algunas regiones del planeta.

 

Estás retomando el libro ¿Lo estás modificando?

 

No, pero del '93 hasta ahora siempre he estado dialogando con él.  Entonces tengo muchas notas escritas posteriores al libro hasta una que escribí hace dos días atrás.  De repente me surge una imagen y la retengo porque es un libro que estoy armando en la cabeza.  La interacción con el dibujante de cómic fue fundamental para darme una explicación teórica de cuestiones que yo no sabía como podía justificarlas.  Creo que es muy bueno alucinarse con una obra pero también dialogar con ella, que no sea una cosa que quede solamente en el autor y sólo para el autor, y esto es algo que  he aprendido de los músicos en una disciplina más musical que literaria, la literatura es un oficio más bien solitario.  Pero sobretodo en cosas más cercanas a la narrativa, es importantísima la retroalimentación  que pueda haber de otra gente, de tus pares y de tus propios textos. Algo como lo que ocurre en el taller que realizo todos los martes en "Las Pipas", en Eleuterio Ramírez con Serrano.

 

Llevas tiempo haciendo ese taller ¿Se han mantenido algunos talleristas contigo?

 

Este año hay dos nuevos y tres antiguos.  Uno de los antiguos lleva seis años más o menos, pero ojo el taller no es un curso, 

sino más bien un diálogo, una tertulia y él con toda seguridad piensa que el taller le ayuda, a lo mejor hay una cosa en todo el año que le va a servir, pero si no estuviera en el taller no la tendría. A propósito de esta misma persona alguien fue al taller y habló de la poesía que este "alumno" mío hacía, y creo que le sirvió harto lo que le dijeron.  También a mí.  En el transcurso del tiempo nos hemos hecho amigos, tomando en cuenta que el taller se hace en un bar donde el ambiente es ameno, de repente hay interrupciones porque estamos en la calle y no en una sala aislada.

 

A propósito de  los talleres, tú hiciste esta actividad en la cárcel ¿Cómo fue esa experiencia?

 

Creo que es el trabajo más importante que he hecho en mi vida desde el punto de vista laboral, ya que lo que hago musical y literariamente también es crucial en cuanto a entregar algo, pero desde la perspectiva de hacer cosas que no tengan relación con mi labor creativa, esos talleres son sin lugar a duda lo más fuerte que me ha ocurrido.

 

¿Nunca sentiste algún problema ético con enseñar a cierto tipo de recluso?  Hagamos el siguiente ejercicio: imaginemos que a tu taller llega un torturador detenido, alguien que secuestro, violó y mató, ¿Lo aceptarías igual ?

 

Sí, de todas maneras, por dos razones : primero porque creo en la reeducación del ser humano, hasta con la bestia más salvaje.  Los vietnamitas creían en eso y ellos algo saben al respecto.  Ellos tenían escuelas de reeducación donde mantenían a norteamericanos por varios años y creo que a algunos los transformaron, aunque también hay una cuestión de instinto, de enfermedad que no se puede revertir, que está a otro nivel más allá de social o cultural si no que es algo más bien arqueológico.

 

Por otro lado, estoy al servicio de quien lo requiera independientemente de razones éticas o morales.  Recuerdo una experiencia que me ocurrió estando preso en Investigaciones:  llevaba tres meses recluído y los guardias me permitían salir primero, comer los tallarines, limpiar y después darles la comida a los demás presos; comía carne como loco, lógico, había que aprovechar y los demás, bueno, estaban de paso allí por algún delito común.  En ese lugar había un señor muy amable y simpático que me ayudó mucho a recoger los platos, a lavarlos, a ordenar las bandejas, o sea se puso a disposición a diferencia de los otros que comían y me trataban como si fuera su empleado, ¡yo era un preso político en una situación en que no podía ponerme exquisito!.  En una de esas vueltas de la vida estuve como dos tardes con esa persona, y al día siguiente me traen el diario y leo que ese hombre era un torturador desquiciado.  Era un tipo con personalidad sadomasoquista que compraba casas en el sector antiguo de Santiago y las transforma por dentro, las llenaba de laberintos, de cadenas y antorchas.  Después,  su pareja, que se decía era una mujer muy atractiva, salía a traer gente, motonetistas a quienes les hacía dedo en la noche, los convencía de llevarla a su casa por unos tragos y luego los encadenaba, entonces aparecía este hombre y entre los dos los sometían a diversas torturas, los destruían, les reventaban los testículos con un alicate, no los mataban pero sí los dejaban marcados para el resto de su vida.  Y ese era el hombre que me ayudaba.  Entonces te das cuenta que puedes ver caras pero no corazones.

 

Debido a esta actividad en la cárcel grabaste Rock y Rejas.

 

Sí, grabé ese tema pero creo que con todo el material inédito que tengo de esas presentaciones en mi poder hay para hacer dos discos.  Junto a mi estaba el Álvaro Henríquez y también los presos recitando.  No sé si eso lo edite alguna vez, preferiría entregarlo a la DIBAM ya que eso no puedo explotarlo comercialmente por razones morales, ¿cómo podría ganar plata con el trabajo de otra gente?, yo soy el editor, el provocador de algo.  Quizás lo coloque en Internet para que la gente lo baje en forma gratuita.

 

Tengo entendido que has escrito obras de teatro...

 

Lo he hecho algunas veces, así como también guiones para cine.  Trabajo en algo como el guión para una obra basada en el disco Bailables de Cueto Road.

 

Por otro lado, en algún momento pensé en realizar una trilogía de discos, pero eso se fue dando solo.  Recuerdo que se iba a llamar Presente, Pasado y Prehistoria; el trabajo que edité hace poco en formato compacto Poemas y Canciones está catalogado desde 1985 y pasaron veinte años sin salir, esa es mi prehistoria.  El presente hasta hace poco era 12 Thomas y el tercer disco debería estar grabándolo en Enero del 2007, en la SCD de Santa Filomena.

 

Dentro de los poetas que te han influenciado mencionas a Claudio Bertoni. ¿Por qué?

 

Recuerdo que cuando leí por primera vez a Bertoni fue en 1980 en Inglaterra, ese poema que decía más o menos "Shampoo Linic le pasa la caspa de un lado al otro de la línea de la cabeza" y me pareció muy loco, pensé que ese poema generaba para mi espacio mental poético un sentido de libertad muy grande, es decir, llegar a un extremo tal de hueveo con el cual mucha gente puede pensar "¿qué tiene que ver esto con la poesía?", pero es un buen poema.

 

En un  poema re-interesante tuyo que es "Poetas Muertos v/s Poetas Vivos" mencionas a Gonzalo Millán jugando por los últimos, ahora que está muerto deberías cambiarlo de equipo.

 

Estoy pensando en hacer eso.  Cambio en el equipo: sale Neruda que está muy cansado y entra Gonzalo Millán que está fresquito.  A Teillier hay que dejarlo porque ha metido varios goles.

 

POEMAS DE MAURICIO REDOLÉS


 

Poetas Muertos v/s Poetas Vivos

 

SEPTIEMBRE

 

Dejé el país a las cuatro de la tarde

en avión y con sol

todo estaba normal hasta lágrimas

y nieve en la cordillera

latigazos de sombra

se cernían sobre mis cabezas.

Dejé el país a las cuatro de la tarde

solo

(pero iba con todos).      

 

                                (1976)


 

Mi vos


 

DEL FINAO

 

Aquella tarde se habló del finao

La viuda que estaba presente

hizo una que otra acotación fue

el Lucho quien tocó el tema

 

la mesa estaba repleta casi no habían

extranjeros    Solo chilenos    unos cuantos

cigarrillos   el sol alumbraba fuera del recinto

y los  niños gritaban en dos idiomas

 

fuera de que se conversó mucho sobre otras cosas

era imposible que no se le mencionara

era imposible

todos sentimos el corazón adentro

cuando

 

aquella tarde por estos lados

se habló del finao que cuatro años atrás

se la jugó sin asco.  

                                            

                               (1977)


 

No Tengo

 

 

 

¡MMMH!

 

Hubo una vez un reino

en el cual la ley principal decía

        "Serás Sectario"

Resultado?

Las mariposas se negaron a trabajar con las flores

        y sucumbió la primavera.     

 

                                                 (1978)