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L A
P I E Z A O S C U R A D E N
E R U D A
p o r M i g u e l M o r e n o
D u h a m e l
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¿Qué pena
tenían esos ojos cuando los fotografiaron?
¿Miraban
perdidos las culpas que todos debemos pagar
o se sumergían
en el pasado,
en aquellos
actos que por vanidad, rencor o egoísmo cometemos
sabiendo que
otro saldrá herido y aún así lo hacemos? |
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Batavia,
6 de Diciembre de 1930, Pablo Neruda se casa con María
Antonieta Hagenaar después de un breve cortejo que dura cinco
meses. Él se decidió a buscar una pareja en Oriente, donde se
desempeñaba como cónsul, impulsado por la soledad y las constantes
negativas de Albertina Azócar, mujer que había inspirado varios de los
"20 poemas". Sin embargo, desde el comienzo la unión
Neruda-Hagenaar estaba destinada al fracaso, las diferencias de
caracteres, motivaciones y sobre todo la falta de amor, haría que la
pareja en poco tiempo fuera insostenible.
Los
amigos de Neruda la describen a ella como un ser anodino, sin mayores
gracias, extraño y hermético, con quien solo se podía hablar en
inglés; quien además tenía una exótica concepción de América y de
ser esposa de un diplomático. De alguna forma era un freno para la
vida bohemia de Neruda. Las amigas del poeta (que tenía muchas) se
refieren a ella como "la carabinero". Pero si bien es
cierto que ella era de un carácter parco, fueron muchos los motivos que
le dio Neruda para que creciera su desconfianza. Neruda nunca dejó
su vida independiente y de juerga con los amigos, ni sus romances con
distintas mujeres o los intentos frustrados de romances como el que al
parecer intentó tener con la escritora María Luisa Bombal mientras ella
alojaba en la casa de Neruda en Buenos Aires y al cual se negó
argumentando que "no todas servimos para ser mamá"; entonces,
ante tal situación, el poeta se enamoró de Loreto, la hermana de la
escritora. Todo esto frente a la impávida mirada de "Maruca"
que era como Neruda le decía a su esposa. La situación llegó a
tal que incluso, tiempo después, cuando vivieron en España donde Neruda
fue recibido con honores por gran parte de la intelectualidad literaria de
ese país y habiendo ya conocido a Delia del Carril, Neruda la recibió en
su casa donde era notorio el romance aun estando María Antonieta
presente.
Con
una relación así de débil la caída al despeñadero se retrasó con el
embarazo de Maruca. Esto le dio al Poeta una nueva motivación, un
vivo interés por ser padre. Estaba pletórico con la idea y no
dudaba en comentarlo con todos sus amigos españoles entre los que
destacaban Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre y
Miguel Hernández, entre otros. Cierto, Neruda era desdichado en el
matrimonio (y seguramente también su esposa) pero la venida de este hijo
era otra oportunidad.
El
18 de Agosto de 1934 nació Malva Marina. Prematura, con
hidrocefalia y un pronóstico médico muy sombrío. Sin embargo,
recién nacida fue un hecho capital de alegría para Neruda, como dice
Volodia Teitelboim, éste mandó imprimir tarjetas que envió a tres
continentes dando partes del suceso.
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María
Antonieta Hagennar y Pablo Neruda en Batavia, 1930
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Escribe también a su padre,
don José del Carmen Reyes, indicando: "No me he apresurado a
comunicarle la noticia porque todo no ha andado muy bien. Parece que
la niña nació antes de tiempo, y ha costado mucho que viva...la niña es
muy chiquita, nació pesando sólo dos kilos cuatrocientos gramos, pero es
muy linda, como una muñequita, con ojos azules como su abuelo, la nariz de
Maruca, por suerte, y la boca mía...Por supuesto que la lucha no ha
terminado aún, pero creo que se ha ganado ya la mejor parte, y que ahora
adelantará en peso y se pondrá gordita pronto".
Otra
situación que demuestra la ternura que sentía el poeta por su hija la
entrega Sergio Macías Brevis en su libro "El Madrid de Pablo
Neruda": cuando Vicente Aleixandre fue a ver a la niña Pablo
dice "Mi hermosa, mi cariño. Te traigo a un gran poeta y amigo
que quiere conocerte". Al momento que Aleixandre se asoma a la
cuna, enmudece al descubrir "una cabeza deforme,
desproporcionada".
El
buen Federico García Lorca, amigo siempre, jubiloso y muy discreto
escribe para Malva Marina un poema conjuro, un discurso de magia blanca
con el que pretende proteger a la niña y encausar su recuperación.
Este poema, tardíamente descubierto, recién fue publicado en 1984.
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Malva
Marina, ¡quien pudiera verte
delfín
de amor sobre las viejas olas
cuando
el vals de tu América destila
veneno
de sangre de mortal paloma!
¿Quien
pudiera quebrar los pies oscuros
de
la noche que ladra por las rocas
y
detener al aire inmenso y triste
que
lleva dalias y devuelve sombras!
...
El
elefante blanco está pensando
si
te dará una espada o una rosa;
Java,
llamas de acero y mano verde,
el
mar de Chile, valses y coronas.
Niñita
de Madrid, Malva Marina,
no
quiero darte flor ni caracola;
ramo
de sal y amor, celeste lumbre
pongo
pensando en ti sobre tu boca".
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Sin
embargo, la pequeña niña que cantaba, la de ojos grandes y dulces,
iba a cambiar su posición dentro del lugar que le disponía su
padre. En una carta que Neruda escribió a su amiga Sara Tornú,
roza la crueldad y opera desde la autocompasión:
"Mi
hija, o lo que yo denomino así, es un ser perfectamente ridículo, una
especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos"; en otro
párrafo dice: "La chica se moría, no lloraba, no dormía;
había que darle comida con sonda, con cucharita, con inyecciones y
pasábamos las noches enteras, el día entero, la semana, sin dormir,
llamando médico, corriendo a las abominables casas de ortopedia donde
venden espantosos biberones, balanzas, vasos medicinales, embudos llenos
de grados y reglamentos. Tú puedes imaginar cuánto he
sufrido".
La
hidrocefalia de Malva Marina requería una dedicación permanente y su
madre no la descuida ni un solo momento. Mientras tanto, Neruda
profundiza su nuevo romance con Delia del Carril, veinte años
mayor. El matrimonio con María Antonieta estaba roto y no había
marcha atrás.
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Malva Marina Reyes
Hagennar cerca de 1940 con la familia Julsing Sierks
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Es
aquí donde creo necesario hacer una aclaración con respecto a otro
capítulo mezquino en la vida de Neruda. El entonces embajador
chileno en España Carlos Morla Linch, que en un momento fue amigo del
poeta, al parecer habría tenido unas duras desavenencias con Pablo
por su intromisión en asuntos de su matrimonio, por las debilidades
amorosas hacia Delia del Carril, en perjuicio de su hija Malva. Esto
el poeta jamás se lo perdonó y llegó a declarar en sus memorias
"Confieso que he vivido" que Morla Linch es el responsable de la
muerte de Miguel Hernández al negarle el asilo en la embajada.
Estas declaraciones son falsas ya que existe registros documentados de que
al llegar Hernández a la embajada acompañado por Juvencio Valle, sí se
le ofreció asilo, pero el poeta de Orihuela habría titubeado y rechazado tal ofrecimiento
por considerar una traición de su parte abandonar la patria en conflicto.
Al
momento de la guerra civil en España, la pareja Neruda-Hagenaar se separa
de hecho. María Antonieta y su hija, junto a la mujer de Manuel
Altolaguirre, Concha Méndez, dejan Madrid y se marchan a Valencia.
Desde allí y en una fecha no precisada de 1936, viajan a Holanda antes de
la ocupación nazi.
Cuando
Neruda se va a París, es a Delia a quien le escribe, pidiéndole se
reúnan a la brevedad y le lleve objetos que para él resultan de valor
fundamental.
Neruda
borró de su historia a su hija. No hay registros de que se hubiese
ocupado de ella, tampoco la menciona en sus memorias ni respondió el
telegrama que se le envió a México años más tarde habiendo muerto la
niña. Pero sí escribe dolidos poemas autocompasivos donde los
estudiosos ven la huella que Malva Marina dejó en él.
Pero
María Antonieta Hagenaar tampoco está libre de culpa. Hasta donde
conozco la historia es como sigue:
Al
llegar a Gouda, Holanda, María Antonieta entregó a Malva Marina al cuidado de una
caritativa pareja que la adoptó: Hendrik Julsing y Gerdina Sierks,
y sus hijos Heika, Geesje y Frederik se hacen cargo de la pequeña
minusválida. María Antonieta pasó por muchos apremios económicos lo
que le impidió visitar a su hija, le escribía cartas a Neruda
solicitándole dinero y apoyo que nunca llegó. Años después, el
presidente Gabriel González Videla la invita a Chile para que cuente la
historia y así desprestigiar al poeta. Haggenar, adicta al opio,
se niega y es abandonada en Santiago. Muere en la Haya en 1965.
Por otra parte, la
pequeña Malva recibió un bello hogar de parte de su nueva familia.
Gracias a su hermano adoptivo Frederik Julsing, es que contamos con las
únicas fotografías de la niña de figura frágil y amorosa. En
el epitafio escrito en su tumba que aún se conserva en un viejo
cementerio declarado patrimonio nacional, seguro que los Julsing le
entregaron más amor que sus padres
biológicos. "Hier rust onze lieveling Malva Marina
Reyes", se lee en la lápida, "Aquí descansa nuestra querida
Malva Marina Reyes, nacida en Madrid el 18 de Agosto de 1934, fallecida en
Gouda el 2 de marzo de 1943".
Estos hechos
relatados conforman quizás la pieza más oscura en la vida de Neruda, una
figura que suele ser endiosada por algunos y despreciada por otros. Pero
recordemos que cuando los dioses sangran demuestran que
son seres humanos sometidos a las pasiones, a los aciertos y a los errores,
algunos imperdonables como este. Nadie
duda de la importancia capital que tiene la obra de Neruda en la poesía
mundial y el conocerlo de cuerpo entero no disminuye en nada sus méritos
literarios, pero tampoco hay duda de que mientras él estaba preocupado
de sus mascarones de proa, en algún lugar de Gouda,
en Holanda en plena segunda guerra mundial, Malva Marina pasó sus ocho
años de vida olvidada por su padre. |
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Malva
Marina Reyes Hagennar cerca de 1940 con la familia Julsing
Sierks
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