F e s a l   C h a i n

L a   p o e s í a   e s   u n   m o d o

d e   c o n o c i m i e n t o   d e   l o   s u p r a n a t u r a l


p o r   S a n d r a   M a l d o n a d o   H e n r í q u e z

 


 Fesal Chaín es poeta, narrador  y sociólogo chileno nacido a mediados de la década de los '60. Ha escrito 30 libros. Su trabajo literario ha sido difundido en el Diario Digital G80, en el Periódico Digital Luis Emilio Recabarren, en los sitios literarios de Analecta Literaria y Al Borde de la Palabra en Buenos Aires, en La Jiribilla, Cuba, junto a Eduardo Galeano y José Saramago, en el sitio del poeta español Marcos Ana, en la Revista Mexicana Revolución con Letras, en Alter Infos de Francia y otros sitios de Latinoamérica. Es el único poeta chileno linkeado en el Sitio Informativo de la Casa de Las Américas: La Ventana, en La Habana Cuba.  Fesal Chaín es un colaborador permanente de esta revista, Lakúma-Pusáki.


 

Entiendo que naciste en Santiago, pero pasaste la mayor parte de tu infancia en el Sur.

 

No pasé la mayor parte de mi infancia en el Sur, pero si una etapa muy importante de mi vida, la que va desde el nacimiento a los siete años, en que uno comienza a distinguir el mundo social del propio yo. Siempre he considerado que fui un niño del profundo Sur y, por lo tanto, soy un hombre bastante provinciano en muchos aspectos. Un poco nostálgico de las relaciones sociales más íntimas, al calor de la cocina a leña, o del mundo natural casi selvático de cordilleras, con saltos de agua o de bosques nativos. Hace muchos años que no voy al Sur, me imagino, por la intromisión arrolladora de la economía de mercado, que ese Sur ya no existe,  como aquel de década de los '70. Para mi el Sur fue muy importante en mi vida y por lo tanto configuró mi poesía, aún la más política, pues viví en él los años del 70 al 73, muy nítidamente, bajo un cisma, por una parte mi familia de origen, mi padre de izquierda y por otra mi padrino y mi madrina de derecha, luchando contra la UP, yo vi eso muy fuertemente y también el Golpe de Estado; los muertos en el río, tener que arrancar literalmente con la casa arriba de un camión, junto a mi madre y mi hermana, mientras mi padre estaba relegado a la costa. Y en mi adolescencia viví situaciones muy duras, probablemente no tan duras como muchos de mis compatriotas, pero que de alguna manera me hicieron formar parte en ese momento involuntariamente de la historia más cruel de Chile. No me gusta contar detalles, la ruptura de cierta inhibición es vulgar, pues ni siquiera los protagonistas saben el rol de mi familia en la lucha antidictatorial, pero ciertamente mi madre y mi padre fueron unos de los tantos héroes anónimos que permitieron que se salvaran muchas vidas de esos luchadores y luchadoras por la libertad de Chile, y eso me hace sentir un profundo orgullo y un enorme agradecimiento a ambos, que sin caer en ideologismos supieron leer el verdadero drama humano de Chile y de aquellos más radicalmente comprometidos y  perseguidos por su lucha por la Justicia Social y la Democracia. Mi poesía así es natural y también social y política, producto justamente de esas experiencias de la infancia y de la primera adolescencia en el Sur. 

 

Háblame de tus inicios en la poesía, en la Literatura.

 

Yo he tenido muchos inicios. Nunca he dejado de escribir realmente. Desde los siete años. Muy temprano aprendí a leer y muy temprano a escribir. Ciertamente en la infancia no tenía una producción sistemática ni un oficio, pero escribía. De niño cuentos. Mi primer poema, meramente basado en la emoción del enamoramiento lo escribí a los doce años escuchando a Serrat, y escribí mucho en el Colegio bajo la guía muy apreciada de  maestros muy importantes para mí, en especial de Hugo Montes, el mismo de los textos escolares y de las Antologías y Premio Nacional de Educación. Ahí hubo una producción muy inicial pero sistemática. Luego durante casi 10 años escribí y boté la mayor parte de mi trabajo. Hasta que descubrí que no podía negar mi ser íntimo, es decir que era escritor y que debía escribir, aunque eso me produjera dolor o alguna confrontación con ciertas convenciones sociales. Debía escribir y no de cualquier modo sino desde la sinceridad. No lo he logrado completamente, me falta muchísimo al respecto. Debo hablar de mi vida. De mis sombras, de mis determinaciones íntimas y sociales, de mis incoherencias, en suma de mi ser humano, y eso universalizarlo y no meramente quedarme en una palabra que no se refiera a aquello o simplemente a otros.  Desde los los 30 años no he dejado de escribir un solo día. Son quince años de actividad ininterrumpida, que no es sino un modo de conocimiento de mi mismo, del mundo. Es agotador pero también es lo único que debo hacer.

 

Estudiaste Sociología, incluso publicaste "La sociología como arma de resistencia". Entraste al mundo de la narración, ¿Cómo fue esta experiencia?

 

Mi "entrada", si se puede decir así, al  mundo de la narración es muy anterior a ese texto. Yo he escrito varías Novelas cortas, cinco al menos, he perdido algunas, otras aún las tengo, también he escrito cuentos, prosa poética, etc., etc.

 

Mira, mi texto sociológico fue más bien cerrar una etapa con la misma Sociología, que es para mi una vocación profunda, como el Sur, y un modo de ver el mundo y configurarlo y también un modo de configurarme. En realidad, muchos jóvenes cuando hacía clases en la Universidad, me preguntaban muchísimo mi opinión política y social sobre ciertos fenómenos y escribí el libro para dejar de dar respuestas parciales y que aquellos o aquellas que las quisieran las buscaran ahí. Finalmente igual salió un texto muy complejo, con un lenguaje en muchos aspectos inentendible, pero bueno, está ahí y creo que resume en alguna medida mi visión del mundo social y es también un homenaje a los profesores que me formaron como sociólogo y como hombre, a Gabriel Salazar, a Luis Vitale, a Álvaro Palacios, a José María Bulnes, entre otros.

 

Cuéntame de tu experiencia en Poetas del Mar.

 

Ese fue un proyecto en que quería demostrar que el trabajo literario en internet, en los blogs y en las redes sociales podían devenir primero en un compromiso concreto de los autores de hacer un Libro en Papel y luego en que efectivamente ese Libro fuera editado, publicado. La experiencia fue realmente muy gratificante. Logré junto a René Acevedo, poeta, y con el gran apoyo de Gabriel Impaglione poeta y editor argentino que vive hace muchos años en Italia, comprometer a doce poetas, hombres y mujeres, tanto con sus textos como con recursos financieros y hacer el Libro. El Libro salió. El Mar de los Poetas, así lo titulé. Es la tercera Antología del Mar editada en Chile, después de la de Mario Ferrero y de la de Hugo Montes. Entre los doce poetas hay autores relevantes, el mismo Gabriel, Mario Jaime, Premio Nacional de Dramaturgia en México, poetas chilenos de gran calidad,  y un prólogo muy acucioso de Juan Cámeron que fue tremendamente generoso tanto al estudiar los textos, como al escribir sobre los poetas y sus trabajos.

 

Cuales son tus referentes poéticos, esos que tú admiras.

 

Es una pregunta difícil, porque si hay para un o una poeta un trabajo sistemático, de alguna manera paralelo a su propia obra (y en realidad para todo hombre y mujer) es reconocer al padre y madre poética, y a su vez separarse de la  "madre amantísima y del modelo paterno" porque "es el requisito necesaria para la individuación del Yo existencial" (o poético en este caso), tal como lo plantea K. G Dürckheim, terapeutata iniciático alemán. Dicho esto, yo soy hijo de la poesía chilena en su totalidad, aún cuando llegue o no a la altura de particulares voces poéticas y de particulares obras. Ciertamente de Pablo Neruda, de Pablo de Rokha, de Gabriela Mistral, de Violeta Parra, de Stella Díaz Varín, de Enrique Lihn, de Jorge Teillier, de Raúl Zurita, de Armando Rubio Huidobro. Hijo de la poesía de America Latina y del Caribe, de Cesar Vallejo, de Eliseo Diego, de Heberto Padilla, de Lezama Lima, de Roque Dalton. Hijo de la poesía española, la de Miguel Hernández, de la poesía Norteamericana, la de Walt Whitman.  En fin soy depositario quiera o no quiera de todos ellos y ellas, son mi mundo privado y mi mundo cultural, mi imaginario más querido y hay muchísimos más, como el gran Borges por ejemplo. Como digo en un poema: La izquierda necesita un Borges.

 

En lo personal tu poesía es muy combatiente, Qué opinas tú, hay algo de decepción, resentimiento?

 

Es fácil decir no, es decir de alguna u otra manera defenderse de un juicio y racionalizar, hacer ejercicios ultra racionales que nieguen dicho juicio. En primer lugar probablemente mi última poesía, es decir aquella que va desde el año 2006 en adelante se lea en su forma como "combatiente", pero no es toda la forma de mi poesía y ni siquiera es la forma de la mayor parte de ella. He escrito, en este exilio en la red, cerca de treinta libros. Muy disímiles. Yo no creo que haya una o dos o tres determinaciones emocionales de mi poesía y tampoco creo que eso sea importante, yo no hago poesía como un modo de trasvasijar al mundo mis emociones, eso me parece totalmente fuera de lo poético. Algunas veces nace mi poesía de ciertas emociones, de la la decepción o de la rabia que no es sino pena y miedo también. La rabia nunca es una emoción primaria. A veces desde una cierta luminosidad y no de lo oscuro, y muchas veces desde un camino de investigación poética que el lector no tiene porqué saber o entender. Algunos libros míos han nacido de una voluntad de extender cierta poética, por ejemplo la de Lezama Lima o la de Borges o la de Charly García y Víctor Jara,  integrada ciertamente a la mía.

 

La poesía para mí es un modo de conocimiento de lo supranatural, de lo que está mucho más allá de lo racional y de la existencia diaria, del Ser en el mundo, de un Yo trascendente. Eso pretendo. Yo trato de volcar mi palabra poética como un intento de no darle la espalda al Ser profundo propio y de los otros, al Ser colectivo. Probablemente si se lee mi poesía como mera poesía política o de combate no se logra entender eso. Yo creo que mi poesía es profundamente religiosa, sobre todo religiosa, como le dije alguna vez a modo de confesión a Teresa Calderón. Pero si de emociones se trata, yo tengo pena, es innegable. Me da pena Chile, pero no como una mirada superior, ni desdeñosa, sino como una mirada simplemente triste de lo que nos pasa a los chilenos y chilenas, que creo va mucho más allá de un sistema económico y político. Los chilenos hemos perdido, si se puede decir de este modo simple, el alma, Chile está satanizado, no es luminoso ni desea verse a sí mismo, el pueblo y la élite sólo desean resultados, éxitos, dominios. Y este pueblo y esta élite no tienen una ética de la convicción sino una mera ética del costo-beneficio, que se ha convertido más bien en un abandono de la convicción. El pueblo y la élite aman el dinero y el poder a como de lugar. Ese el un problema. No se aman a si mismos ni desean buscar el sí mismo, es decir los que los interpela como seres humanos íntegros. Chile es hoy un país deshabitado de integridad y ocupado por los ricos, los dominantes, los arribistas y los ignorantes.

 

 

Lo anterior es también entre otras cosas , lo que escribiste en "poesía para alentar coraje", bello nombre por cierto. Una frase en particular "si escribes no morirás o el poeta como francotirador".

 

El primer nombre no es mío, en una conversación por la red con Pony Micharvegas, gran compositor y cantautor argentino, que entre otras cosas, compuso gran parte de las canciones de Osvaldo "Gitano" Rodríguez, él me pide, legítimamente que por favor cite que ese nombre pertenece a una de sus canciones más bellas: La Poesía de mis compañeros y que cantara tanto el Gitano. Lo hice y me gustó mucho que él se haya dado el trabajo de leer mi blog y de elogiar algunos de mis textos. Resulta que yo hoy vivo a escasas cuadras de la casa del Gitano Rodriguez y muy, muy cerca de la Casa de Carlos Pezoa Véliz acá en Playa Ancha. Pezoa Véliz, ciertamente, es un poeta que admiro. En cuanto al poeta como francotirador, se puede nuevamente leer como el poeta como disparador a diestra y siniestra y nada más lejos de aquello. En realidad lo saqué de la película El Francotirador, allí el protagonista dispara a Ciervos en los bosques pero es una víctima triste y adolorida de la Guerra. El poeta dispara en los bosques, a aquello que no es humano, pero el poeta ha salido ciertamente malherido de la guerra de los hombres. El poeta malherido perdura en la palabra, allí no muere.

 

¿Crees que algún día habrá justicia, para nuestros hermanos mapuches?

 

No, no creo. En el sentido de que nada que no provenga de ellos mismos hará justicia para ellos. La lucha del pueblo-nación mapuche, ha sido y es una lucha ardua de ellos mismos contra la dominación del Estado y el Capital. Eso en términos muy simples. Por ejemplo yo leí en Santiago algunos poemas en un acto de G80 en solidaridad con el pueblo mapuche, pero más allá de hacer unos artículos históricos y políticos no me siento con el derecho de hablar sobre los mapuche, sobre su futuro.

 

Los no mapuche hablan demasiado de lo que no entienden. Esa pregunta es, sobretodo, desde la literatura para el mayor poeta mapuche, Elicura Chihuailaf, no para mí y desde la perspectiva política para Hector Llaitún. Ellos son la voz, la fuerza, nosotros los no mapuche no somos nada. A mi me bastó que algunas personas, mujeres y hombres del pueblo nación-mapuche me hayan dicho que mi Libro Canto al Waj Mapu llegó a los huelgistas de hambre. Espero los haya acompañado en su  dolorosa y valiente lucha, llena de convicción.

 

Tu experiencia en G80

 

Una experiencia enorme, enorme. Al igual que en el blog del Colectivo Luis Emilio Recabarren y en su momentos en el Periódico Marcha dirigido por Raul Blanchet y Julio Oliva. Todas esas oportunidades dadas por personas y colectivos tremendamente generosos que en el caso de G80 representa muy genuinamente Alejandro Toro. Un hombre bueno, abierto. Jamás en G80 me censuraron un artículo y como te digo me dieron una oportunidad enorme que se las agradeceré siempre. Dejé de enviar colaboraciones porque sentí que había cumplido un ciclo, cerca de 200 artículos y 180.000 lecturas, y además porque mi experiencia en G80 también fue muy desgastante,  sobretodo por las reacciones a los artículos. No esperaba nada, ni siquiera que tuvieran tantos lectores o que  fuesen artículos de aceptación  reconocimiento general, pero a veces las respuestas o comentarios estaban completamente fuera del marco de la fundamentación. Es decir a veces carecían de interlocutores válidos desde el punto de vista de dialogar en torno a las premisas y conclusiones. Lo que me indica, aunque la izquierda voluntarista diga lo contrario, que es muy difícil y un poco soberbio pretender transformar modos de pensar y que en realidad no debe ser jamás el objetivo. En realidad antecede al cambio "ideológico" un mega cambio en el individuo, que hoy no busca su integridad. La literatura y la palabra escrita en cualquier género, tiene una función más cercana a lo que conversábamos anteriormente, como modo de conocimiento de lo supranatural, de lo que está mucho más allá de lo racional y de la existencia diaria, del Ser en el mundo, de un Yo trascendente.

 

¿Cómo se define Fesal Chain?

 

Lezama Lima decía que definir es cenizar. Yo soy un hombre que escribe. De mi vida propiamente privada no hablo públicamente. Porque no tiene ningún interés sino en función de la literatura que hago o deseo seguir haciendo. No debemos tener una literatura de lo meramente privado, sólo como historias de familia o de la sexualidad personal y familiar. Probablemente porque esa es una literatura neurótica o de la enfermedad y desde la enfermedad en tanto fenómeno activo no se hace literatura. Los escritores y escritoras hacen literatura cuando ya sea como lapsus o en definitiva vencen la enfermedad. Y construyen una voz desde lo dominado. Somos el negro del mundo, la mujer del mundo, el homosexual del mundo, el proletario del mundo, el victimario-víctima del mundo. Estas palabras no son mías es la concepción  de Deleuze de la literatura que yo comparto en gran medida. Pedro Lemebel, acaso uno de los grandes cronistas que ha tenido Chile lo demuestra una y otra vez, su voz homosexual, de Loca o como quiera él plantearse al mundo y a sí mismo ha construido una historia de la homosexualidad y de la pobreza y de la izquierda, como un relato generalizable desde lo particular. Subjetivo y Total. Universal. Pedro es Universal, vaya en esta entrevista mi admiración. Fuimos ciertamente amigos y más allá de las historias particulares, yo lo sigo queriendo mucho y admirando cada vez más como escritor. Si hay escritores que me parecen admirables son él y Roberto Bolaño, aunque son tremendamente odiados por algunos mediocres, bien por eso.

 

¿Qué música te gusta?

 

Una infinidad de música. La música y la musicalidad es parte integrante de la poesía. La Música Clásica: Beethoven y Schoenberg;  la música experimental cubana especialmente el ICAIC, Víctor Jara, para mi gusto el músico chileno más completo y probablemente más complejo de la historia de la música nacional, su música incidental es la de un gigante. Hice un libro con su poesía intertextuada. He escuchado mucha música, pero cada vez limito el abanico y me detengo en los detalles de estos compositores y cantautores entre sólo algunos otros y otras, la Violeta Parra por ejemplo y su música para ballet.

 

Películas que te hallan marcado

 

El Cine norteamericano de las consecuencias de la guerra: El Francotirador, Taxi Driver, Apocalysis Now. El Cine Italiano de los 60 y 70: Nos habíamos amado tanto. El Cine Chileno en especial el de Aldo Francia. El Triunfo de La Voluntad de Leni Riefenstahl.

 

¿Qué piensas de la poesía en Chile, se dice que Chile es tierra de poetas, pero viendo el lado más frío, siento que se lee y vende  tan poco. Es claro que no se puede vivir de la poesía?

 

La poesía chilena es el Ser de Chile. El ser ayuda a vivir mejor si no se le da la espalda. Los que convierten a la poesía en una actividad meramente económica o en un activismo de grupos y movimientos del espectáculo, no perdurarán. Para mi Pablo de Rokha es el ejemplo máximo del poeta real. Hay que ganarse los porotos en otra cosa y leer y escribir mucho. Nada se puede esperar de poetas que esperan vivir de la poesía como negocio o como plataforma de éxitos, o como ejercicio de búsqueda de fondos públicos. Mientras esos poetas hacen aquello hay otros poetas que escriben. No hay otra manera de escribir que escribiendo, lo demás vine por añadidura o no viene no más. Como dijo José María Arguedas en su Novela póstuma El Zorro de arriba y el zorro de abajo: "Escribamos por amor, por goce y por necesidad, no por oficio. Eso de planear una novela pensando en que con su venta se ha de ganar honorarios, me parece cosa de gente muy metida en las especializaciones. Yo vivo para escribir, y creo que hay que vivir incondicionalmente para interpretar el caos y el orden". Pero no quiero moralizar, ya que es una tarea que me he impuesto, es decir que mi convicción poética no se confunda con  discurso moralizador , ahí hay un límite que no debo traspasar.

 

A propósito, ¿cómo financias tus publicaciones?

 

No las financio. No tengo más que una publicación en papel, porque no tengo recursos para financiarlas. Espero poder hacerlo, autoeditarme, que es una manera de publicar. No voy a esperar la editorial azul o fondos que vengan del exterior a mi mismo. Si vienen bienvenidos sean. Pero trataré a partir de mi trabajo no literario, de autoeditarme.

 

Cuéntame de tu Librería. ¿Qué tal esta experiencia? ( Para mi estás en tu salsa)

 

No es una librería, Es sólo un puesto de libros usados en la Feria de Anticuarios y Libros La Merced de Valparaiso, estoy muy feliz.  Allí he encontrado personas muy queribles y querendonas, agradables y me dedico a vender lo que me gusta, literatura. Como medio de ganarse la vida es bueno, no suficiente, pero bueno. Además trabajo junto a mi mujer en un Kiosco, en el que vendo Libros, confites, bebidas  y artesanías. Es otra entrada más. Me gusta, no tanto como el puesto en La Feria, pero me permite leer, escuchar radio y conversar con los vecinos y sobretodo es un ingreso más para poder vivir y hacer lo que me convoca en la vida, que es escribir.

 

Qué le dirías a los jóvenes de esta generación.

 

Que no se vulgaricen, la vulgaridad no es sino la actitud de quitarse la máscara de los "buenos modales" y dar libre curso a los impulsos, eso no es negativo en sí, sino que en tanto pasa por alto la verdad del Ser. Ir contra las convenciones es deseable, pero debe ser radical y no meramente estético. Es complejo, pues me refiero que no todo aquello que es máscara y "buenos modales" es mera fachada sino que también muestra al Ser. Cuando un individuo o grupo humano está permanentemente dando curso a sus impulsos como norma reactiva, no genera el indicio del Ser. El Yo mundano es una cosa, el Ser es el sí mismo. Así ese individuo o grupo no es que no posea un Sí Mismo, pero lo pasa completamente por alto. Lo que Raúl Silva Henríquez llama por ejemplo "El Alma de Chile". Así, si la vulgaridad se impone, se impone la falta de Alma.

 

Los jóvenes deben y pueden ser profundos y violentamente distinguidos para destruir lo que hay destruir. Ir al fondo y no quedarse en la reacción o en la mera protesta. Cuando fue el movimiento de los pingüinos, salí a la calle y fotocopie cientos de mis poemas y los repartí en los Liceos en Toma, en la noche lloviendo. Los jóvenes los recibieron, tal cual recibían pan o verduras. Eso me gustó, no porque fueran mis poemas, sino porque le daban la importancia que tiene el alimento. Yo tengo 44 años y me siento parte del ser de los jóvenes, de ese que realmente importa, el que los convoca a ser íntegros y nuevos, aún cuando muchos de  ellos me vean lejano y ni siquiera me conozcan o no sepan a qué dedico mi vida. Espero más que ser un interlocutor válido para los jóvenes, que me lean algún día y sientan que mi literatura pretende ser un alimento para su distinción trascendente, destructiva y constructiva.

 


 


Algunos poemas de Fesal Chain


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Qué maldición ha caído sobre mí


 

Qué maldición ha caído sobre mí
pregunto a la bahía inmóvil
lechosa sopa fría
grasa seca colgando
de los garfios de un matadero de pobres,
qué maldición ha caído sobre mí
cuando mojado tengo que caminar estas calles
y mirar a los ojos del teniente
o del cabo idiotizado
en el vaivén de su mínimo poder prestado,
yo apenas un débil fragor
una comisura mueca
ojos que caen sobre un lago
de quilas y boñiga,
qué maldición ha caído sobre mí
que no puedo vivir muriendo en mis palabras
sólo en mis palabras
sólo en mis palabras de pieza tibia
en violines sin tacto
en gargantas roncas de un tango
o de un gruñido que arrebate mi cabeza,
qué maldición ha caído
sobre mí
sobre mí
sobre mí
y no poder decir
aquí me quedo

 


 


Ayeres


 

Ayer
podría perfecta
mente
ser
ahora,
claro que tendrías
que
arroparte con muchos versos
barrocos
amorosa
mente lezamianos o martianos,
tomar algo de ese rock
que se ha ido vagamundo
trotamundos,
empuñar
una Avtomat Kalashnikova
modelo 1947,
y después del sexo
sudoroso
o de ver
"la sangre
de un niño brotar", (1)
salir
a quemar
falsas conciencias.



(1) de Pablo Milanés, 1971.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


El escribano impertinente

                  no importuna a nadie


 

Por qué he yo de culpar al culpable
por qué he yo de dejar la nube trastornarme
por qué yo he de vagabundear el entendimiento
y dejaros a ustedes vuelos de pájaros sin alas
sin graznidos ni mar en que zambullirse?
Por qué habría de hacerlo, si ya no importa la palabra
o los retumbos del alma? El escribano impertinente
no importuna a nadie, el hombre y su arrepentimiento
o su victoria nada remece, el niño y el viejo
no se hablan a la orilla del camino
y la mortaja del resucitado se vende por metros
en el mesón del dependiente.
Ya no basta el odio ni el amor basta
ya no basta el convencimiento ni lo descreído
ya no basta la caminata de una mujer y un hombre
o de dos hombres o el despertar de una oruga
sobre el lecho de una hoja,
solo el hombrecito, ese, el aún más pequeño
que el buen lugar ya enterrado o que el ensueño
se arrima al monte y modula alaridos de hiena
sentado sobre la roca de sus certidumbres
golpeteando con el báculo de la soberbia
los millones de cráneos que nadie recuerda.

 

Raf-Nsdap

 


 


Entre la Rote Armee Fraktion y el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, se mueve veloz la aguja del péndulo sin medias tintas, chocando contra sus paredes blindadas, abollando metales, así fue y así será.