C i p r i a n   C a b r e r a   J a s s o

Mis Manos Son Para Escribir y Acariciar

por Sandra Maldonado H.                                                                                 con archivo en mp3.


 

Ciprian Cabrera Jasso nació en Tabasco, México, en 1950.  Es Dramaturgo, ensayista, narrador y poeta. Realizó cursos de literatura inglesa en la Universidad de Michigan y estudió psicología en la UNAM.

 

Editor de la revista Expresión y ha sido colaborador de las publicaciones Ámbar, Avance, Clarín, Cultura Sur, Diálogo cultural entre las fronteras de México.

 

Ha publicado los libros de poesía Quinteto de Cámara, 1985; Trilogía de Sombras, 1985; Kasandra, 1988; La Ventisca, 1990; Diez Poemas Para Encontrar un Poco de Luz, 1991; Devastaciones del Barbasco, 1993; Los Enebros, 1998.

 

En 2006 recibió el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada.

 

Durante su estadía en Chile por motivo de el encuentro internacional de Poesía "Chile Tiene la Palabra" conversó con Lakúma-Pusáki en un café de la calle Mosqueto.

 


 

 

¿Cómo fue tu experiencia en este encuentro "Chile tiene la Palabra"?

 

Me pareció un encuentro adecuado, la mayoría de las lecturas estuvieron bien organizadas y de parte de la organización del evento recibí un buen trato.  Sólo recuerdo que no resultó la lectura que se iba a hacer en Villa Francia donde no había nada organizado, pero no importó porque de allí nos fuimos a un lugar que siempre quise conocer que es Isla de Maipo, un nombre que me parece maravilloso.  Es como si todo se hubiese alineado para que pudiera estar allí.  Fue una lectura hermosa que se hizo en un templo o iglesia frente a muchas personas.  Como no estaba programado nuestra participación en ese evento tuve que ajustar los poemas que traía para leer algo adecuado y no esas cosas que he escrito y que son un poco críticas a cerca de la iglesia católica.

 

También fuimos a Valparaíso donde se desarrolló una lectura un poco extraña, ya que leyó Raúl Zurita y muchas de las personas del público le empezó a gritar cosas,  abuchearlo.  Después fue el turno de Ernesto Cardenal y comenzaron a ladrar perros que a penas si podía oírsele; incluso subió un poeta local que estaba borracho, él leía y cuando terminaba colocaba el poema al final de los que tenía en la mano, no se daba cuenta y volvía a repetir lo que ya había leído.

 

Creo que esa lectura es donde hubo más gente.  Con respecto a lo que le pasó a Zurita, no le importó que le gritaran, él siguió leyendo.  Una situación que sé por qué es, pero no comprendo, ya que según mi opinión él fue el único verdadero poeta con mayúscula que se paró en el escenario.  A Zurita lo conozco hace tiempo y lo respeto mucho, me gustan sus libros, sobre todo INRI, tiene una fuerza tremenda.  Tengo que decir que allá en México, Raúl Zurita es el poeta chileno vivo más querido y reconocido.  Cuando se ve a un artista se valora su obra y su actividad como tal, no otras cosas.  Cuando hablamos de Gabriela Mistral vemos su tremendo peso como creadora y no nos fijamos en su opción sexual, por ejemplo, como sí se hace acá en Chile.  Con Zurita hay que ver sus escritos no su posición política.

 

¿Qué piensas tú de la poesía?

 

Para mí la poesía es el centro, es el núcleo.  Aunque haya incursionado en distintos géneros literarios, porque he tenido la necesidad de hacerlo.  He estudiado teatro, escritura dramática, he creado varias obras que han sido representadas, he escrito cuentos y novelas, pero sin duda la poesía es el lenguaje más esencial, es como un bisturí con el cual se llega a la médula de las cosas más importantes de la vida, la poesía es la más penetrante de todas las creaciones y además reúne a todas las artes: tiene musicalidad, ritmo e imágenes.  Muchos poetas han sido llevado a los lienzos, allí tienen por ejemplo La Divina Comedia de Dante.  Y su música, como yo no sé tocar ningún instrumento me solazo en el ritmo y la armonía del poema.  Pertenezco a una familia de músicos, mis hermanos son músicos reconocidos y durante un tiempo intenté aprender a tocar guitarra, pero me dolían los dedos al pulsar las cuerdas, lo intenté varias veces hasta llegar a tener las yemas casi cortadas, entonces renuncié y le dije a mi familia que mis manos sólo sirven para escribir y acariciar.  Por lo mismo, quizás debí haberlo intentado con el piano.  Me gusta el piano porque tocarlo es como acariciar las teclas.

 

¿Entonces por qué no lo intentas?

 

Sí, creo que lo haré.  No concuerdo con esa gente que dice que por la edad no se puede emprender algo nuevo.  Al contrario, yo pienso que nunca es tarde para aprender y lo que yo pueda lograr aquí me va a servir para siempre, nuestro camino continúa más allá de la muerte ya que el tiempo no existe.  De hecho yo doy cursos de meditación entre otros temas.  Para mi no hay ninguna separación entre mi creatividad y la vida espiritual, todo es una sola cosa.

 

 

Comparando México con Chile, ¿Cómo sentiste aquí  la recepción de la poesía?

Yo siento que el chileno que está adentro de la poesía es porque realmente la ama, aunque a veces no hay un público muy masivo que la siga.  No me gusta comparar, pero en México se da que hay lecturas multitudinarias, la gente hace filas para escuchar a  algún poeta importante.  Incluso yo fui testigo del homenaje que se le hizo a Jaime Sabines en el Palacio de Bellas Artes y hubo gente que ni siquiera pudo entrar, era impresionante, esto no se ve ni cuando hay Ópera.    En México se lee y se compra poesía, por supuesto que comparado con Chile el mercado es más grande, pero no es sólo eso:  existe una tradición poética mexicana que es incluso anterior a la llegada de los españoles, de hecho en la cultura prehispánica existía un lugar llamado La Casa del Canto donde se reunían los poetas nahualts a declamar y a cantar sus poemas.  Los españoles no nos vinieron a enseñar el arte, ya en las culturas azteca, olmeca y tolteca el arte estaba en todas partes.  

 

Algo que no me gustó acá fue que cuando un poeta estaba recitando había gente en el público que hablaba creando un murmullo constante; en México sin embargo hay un gran respeto y se escucha en silencio, si se quiere hablar hay otros lugares y otras ocasiones para hacerlo.  También ocurre que cuando un poema le gusta a la gente ésta se pone de pie a aplaudir.  Déjenme decirles algo, y esto lo hago con mucha humildad, cuando me tocó recibir el Premio Nacional de Literatura y entré a la ceremonia toda la gente estaba de pie aplaudiendo, esto fue muy impactante porque no me estaban aplaudiendo a mí sino que ovacionaban a la poesía.

 

Estás de acuerdo con que Chile es una tierra de Poetas?

 

Por supuesto, la poesía chilena es una de las poesías latinoamericanas que más se ha leído en México junto con la poesía argentina.  Yo recuerdo que desde mi juventud leía a Pablo de Rokha, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, incluso a los 15 años leía a Eduardo Barrios.  También pasa con la música y los cantantes, como con Cuba, México siempre ha tenido una estrecha relación con Chile.

 

¿Cómo construyes tus poemas?

 

Yo no construyo la poesía, ella me construye a mí.

 

Pero esa respuesta quizás no tiene relación con algunos de tus poemas como en el caso de "Centellas del Alma" en donde algunos textos parecen construidos con la razón más que con el sentimiento, ya que usas muchos datos precisos, históricos.

 

Bueno en ese caso los poemas que seguramente has leído están dedicados al escritor José Carlos Becerra, poeta Tabasqueño que murió en un accidente automovilístico en Brindisi, Italia.  Me llamó mucho la atención el hecho de que el gran poeta Virgilio hubiese muerto en la misma ciudad y pensé que, ya que se dice que el tiempo no existe, pues estaba el mismo Virgilio esperando y recibiendo al poeta mexicano tal como siglos antes lo hizo con Dante cuando lo llevó por el infierno.

 

He leído mucha poesía, historia y estoy empapado de distintos antecedentes, es natural que ellos salgan cuando escribo, es algo que va más allá de mí.  Si bien es cierto nunca he pertenecido a un taller de literatura o alguna Sociedad de Escritores, si he tomado varios cursos de poética y no pertenezco a ninguna generación.  Mi trabajo es profundamente solitario, he hecho mi obra de una forma muy callada.  Lo primero que hice fue una novela a los 16 años  la cual aún conservo, pero mi primer libro fue publicado a los 35, porque si bien es cierto crecí rodeado de libros y escribía desde muy joven, jamás pensé en publicar algo.

 

¿Corriges muchos tus poemas?

 

No mucho, lo que sí los dejo invernar un buen tiempo.

 

 

Ya que te gusta Raúl Zurita, con respecto a la creación él dice que es sólo un instrumento para escribir poesía, que hay algo superior a él que lo hace...

 

Coincido completamente con ese pensamiento, yo sólo soy una herramienta para que la poesía se exprese y fluya. 

 

Volviendo a tu forma de escribir el poema, veo una relación con lo que propone Sergio Badilla Castillo y su Transrealismo ¿Conoces a este poeta?

 

No lo conozco, pero no me extraña el que existan coincidencias ya que en el arte se da muy seguido que personas que vivan en diferentes partes del mundo llevan acabo obras similares, es como si en el arte hubieran unos vasos comunicantes que enlazan la creación y se producen este sincronismo sin ni siquiera conocerse, esto es un fenómeno que me atrae mucho y que encuentro maravilloso.  Incluso elaboré algún ensayo a cerca de esto.

 

Existe algo de la poesía chilena que en este momento te llame la atención.

 

Sí, la poesía de Jorge Teillier me gusta mucho.  He estado leyendo sus trabajos en una publicación que lanzó el Fondo de Cultura Económica.  Su forma de tratar la nostalgia, su pueblo, sus recuerdos, es muy visual y olfativo.  Hace poco en una librería de viejos encontré un libro de él y otro de Pablo de Rokha, pero cuando intenté comprarlos, era una barbaridad lo que me cobraban.  ¡que caros son los libros acá en Chile! 

 

Claro, más si tú querías comprar libros de quienes ya son leyendas, pero aún los libros nuevos recién editados en su mayoría están a precios muy altos

 

Así es, incluso si le bajaran el IVA a los libros, tal como se ha discutido mucho en estas jornadas, estos seguirían siendo caros.  Es necesario una política de gobierno con este tema, tal vez alguna editorial del estado que publique versiones económicas más asequibles para la gente.  Con esto también se evitaría en parte el problema de la piratería.

 

Bien como siempre tienes tribuna abierta para decir lo que quieras.

 

Me siento muy cómodo en Chile, no hay nostalgia por estar lejos de mi país, acá es como si estuvieran en familia, me siento tan bien aquí que podría alargar y alargar mi estadía.  Aunque debo volver, ya que he estado gran parte del año fuera de México y quiero estar con mi nieto, sobre todo ahora que estamos cerca de Diciembre.  Pero he sido muy bien recibido aquí y estoy agradecido por ello.

 


POEMA DE CIPRIAN CABRERA JASSO


 

CENTELLAS DEL ALMA


 

 

I


Se dice que el tiempo no existe,
Que dos mil años es lo mismo que un instante.
Si es así, entonces entre los años 70 y 19 antes de Cristo
En que nació y murió Virgilio
Y los años 1937 y 1971 en que vivió José Carlos Becerra
Son sólo un instante y el tiempo en realidad no ha transcurrido.
El romano, igual que el checo Kafka,
Pidió que se quemaran todos sus escritos
Y así como Max Brod desobedeció las órdenes de Franz,
Lo mismo hizo Augusto con Publio
Y El Castillo y La Eneida fueron salvados para la eternidad.

 

II


Virgilio, antes de morir, quiso ir a Grecia,
Su sueño más entrañable,
Pero cayó enfermo en Málaga
Y tuvo que ser trasladado a Brindisi, Italia
Donde murió de Paludismo.

 

Él encontró quien pagara su tiempo libre para escribir su obra
Y le debemos a Mecenas, que años más tarde,
Guiara a Dante por los círculos del infierno y del purgatorio.

 

III


José Carlos Becerra, poeta de San Juan Bautista,
También tuvo el mismo sueño de Virgilio:
Ir a Grecia antes de morir
Y en una carretera perdió el control de su carro
Y murió también en Brindisi, Italia.

 

Ya desde antes había elaborado el itinerario de su viaje
Sin saber que para Dios no existen los planes de los hombres,
Que el futuro no tiene destino porque no existe
/Al igual que el tiempo mismo.
Y si esto último es así, nuestro Virgilio
Aún vagaba por esos planos cuando el vehículo
De José Carlos se salió en una curva
Fracturándose la base del cráneo.

 

IV


Estoy seguro que Publio corrió a ayudarlo.
Se contemplaron uno al otro
Y Becerra quedó sorprendido que el guía del florentino
Lo tomara de la mano
Y le dijese: “yo te llevaré a conocer el círculo de tus ahogados,
Y te entregaré en manos de Mélida, tu madre,
Para que te conduzca por los círculos del Paraíso
Y tu palabra se limpie, se haga transparente
Y deje de ser oscura y veas el esplendor de las estrellas.”

 

José Carlos estaba asombrado, no se esperaba tal recibimiento
Mientras contemplaba que rescataban su cuerpo
Y lo conducían a la capilla del cementerio de Brindisi.
Pensó en sus hermanas, en su padre, en los amigos,
En Barbara Litwin, a quien había escrito lo siguiente desde Madrid:
“De aquí marcho a Barcelona, y después a Italia.
A ver qué sale.” Y lo que salió fue su espíritu de ese cuerpo
Que le había servido durante treinta y tres años
Para ir a los toros, para besar a las mujeres que amó,
Para estudiar arquitectura
Y para peinarlo horas y horas frente a un espejo.

 

Pero sobre todo, con el que escribió toda su poesía
De ese otoño que recorre las islas
Como él empezó a recorrer, de mano de Virgilio,
La otra orilla y supo,
Mirando hacia la tierra, que su verso:
“que el silencio se haga transparente” era verdadera.