Syempre está la luxuria adoquier que tú seas:

adulterio e forniçio sienpre desseas,

luego quieres pecar con cualquier que tú veas

por cumplyr la luxuria guiñando las oteas.

 

Hiciste por luxuria al profeta David,

que mató a Urías, quando le mandó en la lyd

poner en los primeros, quando le dijo: "Yd,

llevad esta carta a Joab e venid".

 

Por amor a Betssabe, la mujer de Urías,

fue David omicida e fizo a Dios fallías;

non fizo por tanto el templo en todos los sus    

                                                                     días,

fizo gran penitençia por las tus maestrías.

 

Ffueron por la luxuria cinco nobles çiudades

quemadas e destruydas, las tres por sus maldades,

las dos non por su culpa, mas por las veçindades,

por malas veçindades se pierden eredades.

 

Non te quiero por veçino, nin me vengas tan presto.

Al sabio Virgilio, como dize en el testo,

engañolo la dueña, cuando le colgó en el çesto,

pensando que le subía a su torre por esto.

 

Porque le fizo desonrra e escarnio del rruego,

el gran encantador fízole muy mal juego:

la lunbre de la candela encantó e el fuego:

que cuanto era en Rroma en punto murió luego.

 

Anssy que los rromanos, hasta la criatura,

non podían tener fuego, por su desventura:

sy non lo ençendían dentro de la natura

de la mujer mezquina, otro non les atura.

 

Sy dava uno a otro el fuego o la candela,

matávase luego; venían todos a ella

ençendían ally todos como en gran centella:

ansy vengó Virgilio su desonrra e querella.

 

Después desta desonrra e de tanta vergüeña,

por fazer su luxuria Virgilio en la dueña,

desencantó el fuego, que ardiese en la leña

fizo otra maravilla, que el ome nunca ensueña.

 

Todo el suelo del ryo de la çyudad de Roma,

Tiberio, agua caudal, que muchas aguas toma,

fizole suelo de cobre, reluze más que goma:

a dueñas tu luxuria desta guisa las doma.

 

Desque pecó con ella, sintióse escarnecida,

mandó hacer escalera de torno, enjerida

de navajas agudas, por que a la subida,

que subiese Virgilio, acabase su vida.

 

El ssupo que era hecho por su encantamiente;

nunca más fue a ella nin la tuvo talente:

ansy por la luxuria es verdaderamente

el mundo escarnecido e muy triste la gente.

 

De muchos ha, que matas, non sé uno que sanes;

quantos en tu luxuria son grandes varraganes,

mátanse asy mismo los locos alvardanes:

aconteçe como el águila con los necios truhanes.