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La fragilidad de la belleza es un bello
libro, una buena edición a cargo de la Polla Literaria, un hermoso
objeto. Con su autor, Miguel Moreno, y el poeta Juan Pablo del Río,
hemos tenido un montón de aventuras mezclando la música con la poesía,
haciendo eventos donde han participado otros amigos músicos como Lost
Astronauta y Aterrmata, entre muchos otros a quienes conocemos y, con
esto, me he dado cuenta de que uno puede seguir siendo joven toda la
vida, que hay que cuidar al viejo que llevamos dentro, pero en plena
juventud.
Hace días atrás,
conversaba con algunas personas acerca de Jack Kerouac, el poeta
norteamericano que decía escribir para los locos, los locos de amor, los
locos de deseo, los locos de ganas, los locos que escuchamos música y
que esperamos tener en nuestras manos otro hermosos libro de poesía.
Amor de locos, amor de ira y de creación, maravillosamente
esquizofrénicos. Este libro es un dos en uno, es un estupendo combo
compuesto una primera parte por La fragilidad de la belleza y una
segunda titulada Palabras para Osvaldo, en recuerdo del escritor
y profesor Osvaldo Ulloa Sánchez, que en tiempos de la dictadura de
Pinochet fue torturado, no pudiendo nunca superar esa situación; en 2008
presentó una crisis y se suicidó. Quizás buscaba la cordura y no lo
logró. Creo que poseer ciertos grados de locura es lo más sano que le
puede ocurrir a un ser humano en estos tiempos. Imagínense, tratar de
preservar la cordura inmerso en esta sociedad sin sentir que la sangre
corre por dentro cada vez con más fuerza es, a mi juicio, una
anormalidad. La locura es una manera diferente de ver la realidad.
Volviendo al libro,
este dos en uno con la yapa, tiene una primera parte gore, cuando
leía sus versos recordaba esas increíbles películas de monstruos y
zombis; zombis que van de verso en verso, que se aparecen en estos 40
años (del golpe militar) que se nos presentan como una pesadilla, todo
lo que subyace o nos rodea, todo es una estética de la fealdad, una
contradicción: la fealdad como un bello objeto, sucede, en este libro
pasa. Los padres de familia a veces tenemos dolores plenos y podemos
ser más sombríos que cualquier rockero que se pone una polera negra con
demonios y cosas por el estilo.
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