Juan Emar (1893-1964) La Vanguardia Literaria o La Libertad de Crear por Patrick Gilbert * |
"Un hombre callado, socarrón, singular. Fue un gran ocioso que trabajó toda su vida. Andaba de país en país, sin descanso, sin orgullo, ni rebelión, desterrado de sus propios decretos". (Pablo Neruda).
Afirmar que Juan Emar -Álvaro Yáñez Bianchi-, pertenece al vanguardismo literario nacional no constituye un juicio ligero o improvisado. El autor de Ayer, los cuentos Diez y la novela Umbral, integró la vanguardia desde sus comienzos como creador de ambientes y personajes compatibles a figuraciones y creaciones, respectivamente. Inéditas en el pasado ambiente criollista y naturalista a través del cual se movía la literatura chilena de los años comprendidos entre 1920 y 1940. |
Aquellas décadas proporcionaron una connotación localista y pintoresquista a los textos de esa época. Emar, tras una dilatada y provechosa estadía en París, vuelve a Chile con una basta experiencia en el contexto del creacionismo vanguardista, y derriba tabúes y mitos.
Con la novela Ayer dejó atónitos a profanos y especialistas en literatura chilena de la década de los años 30. Enseguida, casi paralelamente, la gazmoñería e hipocresía de la sociedad nacional de esos años, impulsó a los críticos a boicotear la producción de Emar, y a condenarlo al olvido.
La respuesta de Álvaro Yáñez Bianchi fue la antinovela Umbral, una de las más importantes del siglo XX. Con un conjunto de brillantes y sólidas reflexiones sobre el tiempo, el anti-tiempo; en torno a personajes y anti-personajes y ambientes y anti-ambientes, el escritor culminó su proyecto literario esencial. Umbral es la anti-novela más representativa de la literatura escrita por un autor latinoamericano. Esta obra acerca al lector a la más lúcida escritura acerca del anti-valor contenido en el tiempo.
La atmósfera inédita de Emar está impregnada, en la crítica, en torno al tiempo, en su categoría tradicional constituida por meses-calendarios; horas-días y minutos-segundos. Para este autor las connotaciones significativas no la constituyen las estadísticas respecto al paso del tiempo. Lo esencial para su escritura reside en proponer una relación permanente, indefinida, consecuente y práctica entre personaje, atmósfera y pretérito. |
La anti-novela y el anti-cuento de Emar, están sólidamente relacionados a una atmósfera cuya estructura se mueve, cambia, gravita y se refuncionaliza porque es permanente. En su evolución no existe un presente local o referente perfecto. Por el contrario, en el transcurso de las acciones, los personajes emarianos recrean pretérito, pero actúan en el presente.
El efecto que logra Emar, con su estilo absolutamente inédito en el medio pacato de las letras nacionales de su época, es impactante. Así también las atmósferas donde habitan personajes esperpénticos, cuyas existencias controvertidas no poseen ningún margen temporal, crean una sensación de laberinto y de libertad. |
El laberinto; los valores anti-tiempo tradicional; la proyección del absurdo y lo grotesco hacia el centro de la acción literaria; la difusión de esta literatura del absurdo hacia los límites de lo irreal-real, constituyen parte de ese proyecto literario que Emar logró plasmar a medida que la sociedad de su época le volvió la espalda. En un tinglado de sombras constituido por el anti-tiempo, sus personajes develan, con irreverencia, arcaicos tabúes y se proyectan a su vez hacia una existencialidad compleja, vasta como la riqueza conceptual de Emar, y ajena totalmente a la marginalidad establecida por límites, premisas o referentes establecidos. En la novela emariana, las connotaciones están relacionadas profundamente a la libertad de crear.
* Patrick Gilbert es escritor, ensayista y periodista. Autor de las novelas A Claude Debussy y otros relatos y El ingeniero Balmaceda.
Este artículo apareció publicado en la revista Rayentrú año 6, nº 14, de marzo de 1999. Pág. 14. |
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