I N G M A R  /  A N D R É I

p o r   C l a u d i a   V i l a   M o l i n a

 
 

 

 

 

 

 

 

Relación entre el cuerpo y el espacio interior en los films “Sonata de Otoño” (1978) de Ingmar Bergman

y “Sacrificio” (1986) de Tarkovsky.

 


 

Para entrar a descifrar este punto “Utilización de los espacios” en los films referidos se toma como referencia el significado simbólico de la casa y de qué manera lo abordan estos cineastas. En el film “Sonata de otoño” de Bergman, la casa se percibe como lugar de aislamiento-salvación de la persona a punto del derrumbe, los seres recorren, se aproximan y se retiran constantemente como una especie de fuga reiterativa.  Los personajes huyen de sí mismos y del peligro que constituye el reencuentro con el otro. Esta otredad está marcada por los múltiples juicios negativos y aplastantes que surgen entre madre e hija. Se las ve en diferentes espacios, como una manera de cohabitar el presente.

 

No obstante, frecuentemente ellas se trasladan a un pasado doloroso que es el responsable de sus caracteres llenos de odio y resentimiento.  El aspecto psicológico del hombre se destaca y es una forma de cuestionamiento que se plantea en el espectador desde su propio desacomodo. En este sentido, un aspecto importante en los films de Bergman es mostrar al espectador ámbitos oscuros de la personalidad, en las cual nos vemos reflejados. El universo bergmaniano está poblado de personajes con diferentes conflictos mentales que rozan el estado patológico (Puigdomènech, 28).

 

Esto es complejo de observar y de asimilar, porque molesta verse reflejado en nuestras zonas más oscuras. Innumerables son los filmes en que ello se refleja fehacientemente: El Circo, Persona, Sonata de otoño, Fresas salvajes, etc.  En todos existen escenas que muestran el aspecto psicológico oculto del hombre, lo que significa una incomodidad permanente en el espectador. Bergman nos conduce hacia la búsqueda del ser interior a partir de la comunión de la obra y, desde ella, emanan cuestiones fundamentales de su particular filosofía de la existencia: el ser, la muerte, el sentido de la vida y la búsqueda o negación de Dios (Puigdomènech, 7).

 

En la película se aprecian diferentes escenas de la infancia de Eva y su retroceso recae constante en un presente que se desfigura repetidamente, en pos de salvación. El rol del espacio habitable conjuga variados elementos a considerar: el cuerpo como territorio en continua vulneración, además lugar que sirve para guarecernos del peligro exterior, y finalmente sitio en el cual se producen grandes batallas interiores. Un ejemplo de esto último es el cuarto de música (lugar trágico) en que Eva recuerda a su madre tocando largas horas y ello es doloroso; porque Charlotte siempre la rechaza: “La relación materno-filial es abarcada desde un punto de vista pesimista, crudo y muy duro.  Junto con ello: la vida emocional del artista, la incapacidad para amar, la incapacidad de perdonar, lo inexplicable de la enfermedad y la muerte en el sentido físico como emocional” (Anchi, 23).

 

Ello implica variados elementos que influyen, como, por ejemplo: la separación de ellas, la carrera musical de Charlotte, el desapego de la madre hacia la hija, esto detona formas violentas en Eva; pero ninguna es capaz de responder ante esto.  El primer punto, se observa en el cuerpo afligido y enfermo (vulnerabilidad extrema) de Helena expresado en la incomunicación de ella con su madre, como ámbito que se repite en esta familia. Este signo se expresa en múltiples aspectos que se entrecruzan. Asimismo, el espacio de la casa como: dormitorio de Charlotte, living, comedor, resguarda a estos personajes complejos que se habitan y deshabitan continuamente para evitar el dolor que finalmente es inevitable, porque todo confluye en un punto frágil en la caída de todos ellos.

 


 

 


 

En relación a Tarkovsky, su filmografía se caracteriza por la utilización de elementos poéticos o símbolos que utiliza frecuentemente en sus producciones: viento, agua, lugares plagados de deterioro, espacios abiertos, entre otros. Si bien, su filmografía es más bien escasa, debido a su corta vida; ya que muere a los 54 años de cáncer. Sus películas son: La infancia de Iván (1962), Andrei Rublev (1966), Solaris (1972), El espejo (1974), Stalker (1979), Nostalgia (1983) y Sacrificio (1986)

 

En la película “El sacrificio” la casa donde habita Alexander y su familia es un símbolo o refugio permanente contra la disgregación que los afecta, tanto desde el mundo exterior como en su interioridad. En este sentido, Alexander (junto con los demás) lucha contra diferentes aspectos, relacionados con lo ominoso o miedo al peligro externo que representa para todos. Los variados escenarios que los acogen presentan una estética característica en la filmografía de este director.

 

En una primera escena, Alexander planta una rama en la tierra y al fondo, se observa una casa abandonada. La casa en cuestión está apartada en un segundo plano y más lejana también, interesante de abordar el punto de la perspectiva; se aleja o acerca según los acontecimientos se desarrollan.   Hasta llegar al instante en que los personajes se trasladan o habitan el lugar con necesidades de permanecer y de sobrevivir a la debacle y miedo que significa lo externo.

 

La casa en sí misma implica lugar de refugio, pero también lugar de aniquilamiento de las personas donde se reúnen y no pueden escapar al encuentro con el otro, la mirada con este y el contacto ineludible. Por ello, revelador es el rol de personajes y diálogos emanados desde diferentes situaciones. En la escena, Alexander, su esposa y demás, están situados en el living de la casa; arrecia el viento por la ventana abierta que hace volar las bellas cortinas; símil con el roce y sensualidad.  “A disposición del espectador, en libertad; está tan solo aquello que ayuda a intuir el sentido profundo de las imágenes representadas” (Tarkovsky, 38), lo cual involucra representaciones mentales más elaboradas y esquemas complejos que la imagen gatilla en el espectador permanentemente.

 

Además, existen aspectos que denotan la frialdad existente, representada por los reproches de Adelaida contra su ex esposo (Alexander). Apreciamos los personajes masculinos (Otto y Víctor) sentados de espaldas y la esposa hace sus descargos frente al espectador, en relación a su situación matrimonial. Esto se repite en otras ocasiones.   Así, la posibilidad del peligro exterior es un agente que merma las relaciones entre los personajes, afecta la interioridad de cada uno y despierta diferentes reacciones. El título “El sacrificio” aboca a la voluntad de perder algo en pos de un beneficio mejor y es la constante disyuntiva o problema que se asoma durante el transcurso del film. Según el director ruso: “La fe es la única cosa que puede salvar al hombre (...). Para mí sólo merece el nombre de creyente aquel que está dispuesto a sacrificarse".  En palabras de Karacic: “Alexander, en El Sacrificio, quema su casa y posesiones en cumplimiento de un voto a Dios. Agregaría aquí, que también podría ser una forma de quemar todas las casas de Tarkovsky, en esta última y que posiblemente él ya sabía que lo sería”.

      


 

Referencias bibliográficas

 

Anchi, José. (2017) “Nuevas lecturas en la relación imagen-espectador en Sonata de Otoño de Ingmar Bergman”.

Tarkovsky, Andrei. (1998) “Esculpir en el tiempo”. Reflexiones sobre el arte, la estética y la poética del cine.

Puigdomènech, Jordi. (2002) “Genealogía y esperanza de la filosofía de la existencia de Ingmar Bergman

 


Claudia Vila Molina. Profesora de la PUCV, poeta y crítico literario.