E l E p i g r a m a p o r O s v a l d o U l l o a S á n c h e z |
La etimología de la palabra Epigrama está compuesta por los términos griegos "epi" : sobre, y "gramma" : Letra. En el siglo XI este término va a ser sinónimo de poesía breve de carácter satírico. Apareció en Grecia como una inscripción dedicatoria.
El epigrama ha tenido diversas formas a través de la historia de la literatura. Durante el Renacimiento se imitaron a los escritores epigramáticos clásicos y se escribió en latín y griego. La forma del epigrama español consta de dos redondillas con rima independiente. (Una redondilla es una estrofa de cuatro versos octosílabos, de rima asonante o consonante según el esquema abba).
El epigrama alcanzó una gran difusión en el Siglo de Oro. Quevedo, Góngora y Lope de Vega lo modificaron. Durante el modernismo Martí y Rubén Darío también lo cultivaron.
Nosotros conocemos los Epigramas fundamentalmente por los poemas de Ernesto Cardenal, sin embargo el Epigrama sigue siendo cultivado por los más diversos autores.
Se ha señalado que una característica esencial del Epigrama sería su estructura breve. La gran mayoría de los epigramas son breves, pero existen unos que se extienden. Más característico del Epigrama es su tono satírico, irónico e, incluso, sarcástico. Es un género que se utiliza para realizar una crítica a algún vicio o defecto de una persona e institución. Los epigramas cuyo tema es el amor tienen la mayoría de las veces un tono de humor negro.
Podríamos señalar algunas características que son propias del Epigrama:
a) Tema preciso. b) Actitud generalmente apostrófica; el hablante le habla directamente a un "tú". c) Juegos de palabras en los que se da con frecuencia la anáfora, el paralelismo, la aliteración. d) Presencia de la paradoja, es decir, de una aparente contradicción. |
Algunos Epigramas |
|
¿Qué es lo que dice esa puta? No me refiero a tu mujer, Gongilion, sino a tu lengua.
Marcial (40-104 d.C.) Libro I
Sólo admiras a los antiguos, Vecerro, y no alabas sino a los poetas muertos: perdona, Vecerro, pero no vale tanto tu elogio para morirme.
Marcial, Libro I
¿Por qué crucificas, Póntico, a tu siervo después de cortarle la lengua? ¿No sabes que el pueblo contará lo que él ya no dice?
Marcial, Libro II
Cortándole las narices y las orejas a tu ofensor, crees que has vengado la ofensa. Te equivocas.
Marcial, Libro II
Dices, Sonia, que te violaron unos ladrones. Ellos dicen que no.
Marcial, Libro XII
Miente quien dice, Zoilo, que tú eres vicioso. Tú eres el vicio en persona.
Marcial, Libro XI |
|
Por favor, dulce Ipsitila mía, mi delicia, mi encanto, invítame a tu casa a la hora de tu siesta. Y si me invitas, otro favor te pido: que no pongas candado en la puerta ni te dé por salir.
Mejor quédate en casa, prepárate a que echemos nueve polvos seguidos. Aunque, si te parece, invítame ahora mismo; pues, bien comido y panza arriba atravieso la túnica y el manto.
Catulo (87-54 a.C)
Vivamos, Lesbia, amemos: que nos importe un bledo el cuchicheo de los viejos. Puede morir el sol y renacer, pero, una vez que muera nuestra breve luz, una y eterna noche dormiremos para siempre. Dame mil besos, después cien, luego mil y otra vez cien hasta otros mil y luego cien más. Y, cuando ya sumemos muchos miles, borrón y cuenta nueva para que no sepamos cuántos besos llevamos ni lo sepa ningún intruso envidioso.
Catulo
Tan enredada está mi razón, mi Lesbia, por tu culpa y por seguirte a ti está tan perdida, que ya no podré estimarte por muy bien que te portes ni por muy mal que te portes dejaré de quererte.
Catulo |
|
|
|
Los Temperamentos
Nueve adulterios, 12 liasones, 64 fornicaciones y algo así como un rapto, pesan en la conciencia de nuestro amigo Florialis, hombre tan suave y reservado en sus maneras que pasa por anémico y asexuado. Bastides, al contrario, que sólo habla y escribe de cópulas ha sido padre de gemelos, pero pagando por su hazaña un alto precio: ha tenido que ser cuatro veces cornudo.
Ezra Pound (1885-1972)
Los Tres poetas
Cándida tiene un nuevo amante y tres poetas están de pésame. El primero le ha escrito una elegía a "Cloris" a "Cloris casta y fría", su "sola Cloris". El segundo ha compuesto un soneto sobre la volubilidad de las mujeres y el tercero le escribe este epigrama a Cándida.
Ezra Pound |
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido: yo porque tú eras lo que yo más amaba y tú porque yo era el que te amaba más. Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: porque yo podré amar a otras como te amaba a ti pero a ti no te amarán como te amaba yo.
Ernesto Cardenal, Epigramas
Uno se despierta con cañonazos en la mañana llena de aviones. Pareciera que fuera revolución: pero es el cumpleaños del Tirano.
Ernesto Cardenal, Epigramas |
|
|
Epigrama
Como esplende un sesentón cuando logra vencer por dos pulgadas al bisoño que intentó conseguir el único asiento libre
como bienquiere el contribuyente silvestre a la cajera número cuatro en el momento de enfrentarla tras dos horas de cola
como acoge el deudor la noticia de que ha fallecido su acreedor más implacable
como suele compungirse la buena gente si el locutor no advierte a tiempo la traicionera errata que lo acecha en el cable llegado a última hora
como el prójimo que permanece enjabonado bajo la ducha a causa de un corte imprevisto y al cabo de tres minutos se solaza al advertir que el agua vuelve a manar sin usura
como el chofer que se reconcilia con la vida tras esquivar limpiamente un desbocado camión con tres containers
como el adolescente que ama los decibeles más que a sí mismo
así trifena mía aproximadamente así suelo quererte.
Mario Benedetti, Yesterday y Mañana |
|