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Sorprende entrar en
las páginas del libro de 1972 de Nicolás Guillén El diario que a
diario, ya que en él encontramos a un autor distinto al del
Songoro cosongo al que estamos acostumbrados a leer y escuchar en
distintas musicalizaciones que se han hecho durante las últimas
décadas. Y claro, si esa poesía negra, rítmica, social, es reconocible
donde se la encuentre. En los textos que ahora nos convocan,
encontramos un indudable acercamiento a la poesía visual, ya que muchos
de ellos se estructuran como si fueran anuncios que aparecen en los
diarios o son pegados en las calles. Me hizo recordar en alguna medida
el Quebrantahuesos y los Artefactos de Nicanor Parra (el
primero con ayuda de Lihn y Jodorowsky). De El Diario que a
diario dice Ángel Augier:
"Guillén comenzó
esta obra en 1970, como un poema destinado al libro La rueda dentada,
que entonces estaba formando. Este poema llevaría el título de
Anuncios económicos clasificados, y del mismo ofreció fragmentos en
dos revistas cubanas. Pero en 1971, el plan del poema, y hasta el
título, se habían transformado completamente, para convertirse en una
obra más ambiciosa, de contornos más precisos y sin parentesco alguno
con el estilo y el espíritu de La rueda dentada, y que pos su
extensión reclamaban, además, absoluta autonomía. En esta obra, Guillén
se vale de anuncios de prensa sueltos y artículos periodísticos,
propaganda comercial, etc., elaborándolos a fin de marcar distintas
etapas del proceso histórico de Cuba, claro que sin un criterio
sistemático, sino como sugerencia poética cargada de espíritu satírico,
irónico y dentro de la invariable línea ideológica de su poesía".
He aquí una
selección de estos poemas para estimular el apetito y para que decidan
ir en busca de este libro.
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