A través del tiempo Christine abordó otros contenidos en su obra;
Filosóficos, políticos, Mitológicos y de Amor Cortés. A partir de 1399
empieza a escribir acerca de los Derechos de las mujeres.
Es así como Christine en su convicción por la igualdad de género y
derechos: responde al escritor Jean Meung, quien escribió lo
siguiente:
“Quien se casa con una mujer pobre debe ocuparse de alimentarla,
vestirla y calzarla; y si cree mejorar el estado tomando una mujer rica,
apenas logra soportarla, tan orgullosa y arrogante resulta ser…”
A lo que Christine responde: “Que no se me impute como locura,
arrogancia o presunción el hecho de atreverme yo, una mujer, a responder
y contradecir a un autor tan sutil cuando él, un hombre solo, se ha
atrevido a difamar y a reprochar sin excepción a todo un sexo”.
Esta respuesta de Christine a la obra de Jean Meung marca un hito en la
historia europea, donde una mujer escribe contra las ofensas que, como
género, había soportado por tanto tiempo. Debido a esta
respuesta, recibió una carta de amonestación por parte de la iglesia, la
cual señalaba que, por compasión hacia ella, la invitaba a corregir sus
horribles palabras, prometiendo, en ese caso y gracias a su
misericordia, darle penitencia saludable.
Christine respondió con argumentos apelando a la memoria de las muchas
mujeres valientes que habían existido y la querella se extendió por toda
la universidad de París.
Tres años después se crea un debate histórico e intelectual acerca de
los derechos de la mujer. Los hombres crean La Orden de La Rosa,
que era una organización formada por intelectuales y
pensadores, quienes pretendían defender el honor de las mujeres,
Christine por su parte organiza La querella de la Mujer,
una sociedad femenina, las cual tenía la misma finalidad luchar por los
derechos de la mujer con gran éxito hasta el siglo XVII.
Con estas organizaciones se abre un debate histórico sobre la esencia,
naturaleza y posición de la mujer con respecto a sus derechos ante la
sociedad.
De su obra Los derechos de la Mujer, en 1399 escribió “Epístola Del Dios
Del Amor” en la cual rechaza los falsos amores y amantes que prometen y
luego no dan.
En 1400 escribe dos ensayos, acerca del sentido del amor cortés, “Dechado
de Poissy” y “Debate de los dos amantes”; en estas obras aborda el
papel de la mujer en las composiciones poéticas.
También escribe de política en su obra “Epistola a la Reina Isabel” y
respecto a justicia militar de la época; “El Libro de los Hechos y armas
y Caballeros”
En 1405 publica “La Ciudad De Las Mujeres”, quizás una de las más
importantes de su obras. En ella, reclama contra el sistema misógino a
favor de la igualdad de género y derechos de la mujer, crea una ciudad
donde las mujeres tienen los mismos espacios y toman sus propias
decisiones parte de su obra dice así:
“Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos
hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas
bien de palabra bien en escritos y tratados... Yo, que he nacido mujer,
me puse a examinar mi carácter...
Me propuse decidir, en conciencia, si el testimonio reunido por tantos
varones ilustres podría estar equivocado. Pero, por más que intentaba
volver sobre ello, apurando las ideas como quien va mondando una fruta,
no podía entender ni admitir como bien fundado el juicio de los hombres
sobre la naturaleza y conducta de las mujeres. Al mismo tiempo, sin
embargo, yo me empeñaba en acusarlas porque pensaba que sería muy
improbable que tantos hombres preclaros, tantos doctores de tan hondo
entendimiento y universal clarividencia -me parece que todos habrán
tenido que disfrutar de tales facultades- hayan podido discurrir de modo
tan tajante y en tantas obras que me era casi imposible encontrar un
texto moralizante, cualquiera que fuera el autor, sin toparme antes de
llegar al final con algún párrafo o capítulo que acusara o despreciara a
las mujeres....” |