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Tú eres avarizia, eres escaso mucho, al tomar te alegras, el dar non lo tienes ducho non te hartará Duero con el su aguaducho: sienpre me hallo mal, cada vez que te escucho.
Por la gran escaseza fue perdido el rico, que el pobre San Lasaro non dio solo un çantico: non quieres ver nin amas pobre grande nin chico nin de los tus thesoros le quieres dar un pico.
Aunque te es mandado por santo mandamiento que vistas al desnudo e hartes al hanbriento e al pobre dés posada; tanto eres avariento, que nunca a uno diste, pidiéndotelo ciento.
Mezquino, ¿qué harás el día de la afrenta, quando de tus averes e de tu mucha rrenta te mandare Dios de la despensa, cuenta? Non te valdrán thesoros nin reynos çincuenta.
Quando tú eras pobre, que tenías dolençia, entonçes suspiravas, fazías penitençia, pedías que te diesen salud e mantenençia, que partirías con pobres, non harías fallençia.
Oyó Dios tus querellas e diote buen consejo, salud e gran rriqueza e thesoro sobejo; quando vees al pobre cáesete el cejo, fazes como el lobo dolyente en el vallejo. |