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¿Cuál es tu visión sobre la poesía?
La Inspiración Poética es un estado alerta, una circunstancia
incomprensible. Una exigencia que no abandona nunca. Un navío
que recorre el alma, ataviado de andanzas, experiencias, llenas
de honduras, periplos lejanos, con ellos el poeta arma sus ritos
y se siente parte del Cosmos, como algo correspondiente, propio
y natural. Es el reposo previo e intenso, casi letárgico
que se le da al Alma para encender la fragua y ese fuego se
recibe con ardor, vehemencia y deseo, tal cual como se gesta la
vida. Cuando todo llega hay que decirlo, entonces el poeta se
transporta y trabaja con vehemencia para conceptualizar lo
inmanente: Lo que se recibe desde adentro.
El lugar de la Inspiración es una patria nueva que cada poeta
descubre muy lejos de los demás, más allá de sus
circunstancias, o merodeando la galaxia. Mientras dura el viaje
de travesía, el poeta va armando un escenario con sus
atribulaciones, donde nada y todo existe. Ni uno mismo. El
poeta es un teúrgico, siente la magia y se encanta porque puede
comunicarse con sus deidades para alcanzar el prodigio de su
verbo, por combustión espontánea como en las llamas del fuego
fatuo. Siempre está con nosotros ese Alguien que nos busca y nos
designa. El poema es el sentido agregado, imposible
que alguien pueda amputarnos. La poesía salva al mundo de sus
ramplonerías y bajezas, porque todo está más allá del “otro” y
del “ello”. ¡Y, qué bien, que así sea!
¡Oh, etérea manifestación
y de confusas formas
que se embriona en mi regazo!
Me hunde al descender a lo más hondo
y trasciende cuando sube conmigo a lo más alto.
Yo no tengo mi culpa:
Es “Ella” la dama de abalorios.
Transverbera los sentidos
y se posesiona de mi Olimpo.
Se excita con las emociones
y misteriosamente entra
si yo la dejo entrar.
Ella nada sabe.
No depende del saber.
¡Es alucinante!
¿Qué papel le confieres al escritor (al artista en general)
dentro de la vida política y social?
El trabajo de un artista o de un escritor dentro de la vida
política, en nuestro país, no está considerado ni incluido. Son
dos áreas disímiles y en total divorcio. Incluso entre política
y arte son como dos mundos apartes, inconexos, sin puntos de
convergencia. Este cieguísimo desconocimiento entre ambos
sistemas sociales, como la política en el arte; o el arte en la
política, es muy notorio y descabellado. Los que gobiernan o
hacen política no son personas cultas, ni idóneas en las Bellas
Expresiones del Arte. Y las más de las veces, son personas de
una supina ignorancia en cuanto al rol, trabajo y desempeño de
un artista en el medio, en la sociedad, en el alma de la
población. Se confunden. No comprenden. Y como consecuencia, la
cultura paupérrima resalta a la vista en todos nuestros ritos
cotidianos, y a lo largo del territorio: desiertos plagados con
perros vagos y bolsas plásticas. Aguas contaminadas; basuras y
desperdicios de toda índole desparramados por barrios y plazas,
como si fuese un paisaje de lo cotidiano y natural. ¿A caso no
es ello, la más clara demostración de que autoridad y población
cortan el paño con las mismas hilachas.
Un político es una persona civil elegida por el voto de un
pueblo en aras por mantener la organización pública y civil de
una zona, ciudad o comuna. Muchas veces, alcaldes, gobernadores,
senadores, la heterogénea común de ellos, no ha cumplido la
enseñanza media de su educación. Padecen de una considerable
ignorancia por las expresiones de los artistas, en todas sus
demostraciones. Les es un patrimonio sin comprensión, incluso
desconocen su “utilidad”.
Yo le confiero al escritor, al artista en todas las áreas y
géneros , primordial injerencia en la educación, en la política,
en el desempeño del gobierno, en las normas y preceptos que
hacen culta a una nación, cualquiera sea su ideología. Mi país
merece ser el mejor lugar en donde quede demostrado que todos
podemos ser ciudadanos educados, responsables, amables y
considerados. Andar por la vida, orgullosos por nuestros
artistas e intelectuales. Un Ministro de Cultura, sine qua
non, debe ser un artista destacado y vigente, en su disciplina,
en el arte y la cultura. Debe ser una persona demostrable en su
oficio y con conocimientos superiores. Que esté familiarizado
con La Belleza y la sublimidad en el Arte, y que sea capaz de
instruir a la ciudadanía, incluyendo todas las disciplinas
artísticas en la educación. Crear instancias y mecanismos
“itinerantes” para proponerlo masivamente a lo ancho y largo del
país. Obvio, de gran importancia. La Administración de
los Recursos, con personal idóneo en el área de la economía.
Ningún país se merece un Ministro de Cultura por cuoteo
político, ni compadrazgos: ¡es una aberración! ¡Al César, lo
que es del César!!!
¿Cuáles son los referentes literarios o extraliterarios que
influyen en tu poesía?
Mis referentes
literarios, han sido por siempre, la lectura estudiosa de los
grandes poetas y narradores inscritos en la histórica de los
nóbeles; mi formación humanista; mi entusiasmo y estudios por
la literatura y filosofía; el arte, porque soy artista. Mirar el
cielo y comprender lo que la noche nos adelanta para el día
siguiente. Uno nunca es literalmente el resumen de sí mismo,
involucra la experiencia, la práctica por el oficio; la vida, la
profesión, disciplina para trabajar con el oficio, y de
intentarlo muchas veces: descubrir los secretos y las
herramientas para el oficio literario. Son tan diferentes los
andamios que hay que construir para lograr la arquitectura en
cada obra literaria.
Mi escritura es cósmica,
naturalista, consciente, reflexiva, y a la vez, intuitiva
cuando pongo a servicio de la escritura, la imaginación,
proponer más allá de lo visual. Inventar, imaginar un mundo y
que funcione.
Y, la Poesía: ¡Ha, esa diosa
de grandes encantamientos, es tan vital, profunda, sentida,
importante! Escribir ha sido mi oficio permanente y sin
olvidos. ¡Ahí me gusta estar: vivir con las palabras! Como
se dice por mis pagos, “al aguaite”. |
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