Walth Whitman :  

             Poesía de masas.


por Osvaldo Ulloa Sánchez

 


A mediados del siglo XIX los EE.UU. ya habían adquirido la independencia cultural respecto a Inglaterra.  Esta independencias va a reflejar el desarrollo de la nación del norte como una potencia.

 

En el nivel de las ideas siempre estará presente la herencia del puritanismo.  No obstante, el desarrollo cultural se expresa en dos grupos o movimientos:  los trascendalistas y los brahamines.

 

Los brahamines centraban su interés en aspectos formales.  Constituían una casta como los brahamines de la India.  Aspiraban a conseguir un estilo perfecto.

 

Los trascendalistas  postulaban planteamientos religiosos y estéticos que el pensador Emerson sistematizaría.  Una frase de Emerson define muy bien a este movimiento:  “¿Sabéis el secreto del verdadero sabio?.  En todo hombre podemos hallar algo que aprender; y en esto yo soy un discípulo”.  Walt Whitman llevará estos planteamientos al plano de la poesía.

 

Wal Whitman va a encarnar el espíritu fuerte, emprendedor y agresivo.  Un poeta que tiene fe en sí mismoy en sus semejantes.  Lo cotidiano constituirá para Whitman una expresión de lo eterno.  Todo cabrá en su poesía: el hombre, el cuerpo, el sexo, la religión, los animales, la geografía.

 

La actitud que predomina en la obra de Whitman es la alegría y la euforia.  En esto es totalmente opuesto a Poe; para este último la tristeza y la melancolía son los estados más propicios del alma para escribir un poema.

 

La obra y vida de Whitman va a chocar frontalmente con la moral burguesa impregnada del puritanismo norteamericano de la época.  Su actitud de rebeldía se expresa en sus poemas y le ocasionó más de un problema en su agitada existencia.

 

Walt Whitman es el poeta de las masas, en ellas veía al hombre y a la mujer corrientes.  Tenía confianza en el hombre de la calle, le canta, exalta sus esfuerzos.  Es un poeta que cre en la bondad y cree en la democracia.  Frente a una poesía melancólica y de escritorio, él opone la poesía de la calle y de la alegría.

 

Whitman es un poeta que puede ser definido como el poeta del yo, de la religión y de la democracia.  Posteriormente criticará las desviaciones de este sistema y uno de los hechoa que lo afectará con mayor intensidad será el asesinato del presidente Lincoln.

 

En cuanto a las características de su poesía se puede destacar su carácter innovador.  Rompe con la tradición experimentando con versos de diferentes medidas; introduce palabras de uso corriente y emplea la enumeración y las reiteraciones.  El empleo de palabras extranjeras y términos vulgares hace que Emerson le esté aconsejando frecuentemente que debe depurar su poesía.

 

Whitman en todo ve poesía y esto es expresión de su particular prisma que le hacía ver en todo una manifestación de lo divino.  Para él el mundo no puede ser reducido a los estrechos marcos del puritanismo y lo principal es darle su dignidad a todas las cosas.  Por eso en Whitman encontramos a un revolucionario que estaba por la igualdad del hombre con la mujer; estaba en contra de l a esclavitud y de la pena de muerte.

 

Whitman será el poeta profeta de la vida.

 

El poeta es entendido como el respondedor; el que nada deja sin responder y sabe llegar al corazón de sus semejantes.

 

Whitman es fundamental en la poesía moderna; no sólo en la poesía norteamericana, sino en la literatura universal.  Su quehacer poético está en el polo opuesto de la postura de los poetas malditos (Poe, Baudelaire, etc.).

 


 


Algunos poemas 

de Walt Whitman


 

¡Poetas del porvenir!


 

Poetas del porvenir  ¡Oradores cantantes,

músicos del porvenir!

No es el día de hoy quien debe justificarme

y explicar quién soy.

Sois vosotros, la nueva generación, nativa,

atlética, continental, más grande que todas

las conocidas.

¡Levantaos!  ¡Debéis justificarme!

Yo no hago más que escribir una o dos

palabras acerca del futuro,

me limito a adelantarme un momento

y sólo para retomar y correr apresuradamente

a las tinieblas.

 

Soy un hombre que, pasando sin detenerse,

dirige al azar una mirada hacia vosotros

y luego vuelve el rostro,

dejándoos el cuidado de examinarla y definirla

reservándoos lo fundamental.

 


 

Una mujer me espera


 

Una mujer me espera, ella lo contiene todo,

                               nada le falta;

mas todo le faltaría, si no existiese el sexo

y si no existiese la vida del hombre necesario.

El sexo lo contiene todo: cuerpos y almas,

ideas, pruebas, purezas, delicadezas, fines,

difusiones,

cantos, mandatos, salud, orgullo, el

misterio de la eternidad, el semen;

todas las esperanzas, bondades, generosidades;

todas las pasiones, amores, bellezas, delicias

                                      de la tierra.

Todos los gobiernos, jueces, dioses, caudillos

                                      de la tierra

existen en el sexo y en todas las facultades

del sexo y en todas sus razones de ser.

Sin duda, el hombre, tal como lo amo,

sabe y confiesa las delicias del suyo.

Así, nada tengo que hacer con mujeres

insensibles;

yo quiero ir  con la que me espera, con esas

mujeres que tienen la sangre cálida y

pueden enfrentarse conmigo.

Veo que ellas me comprenden y no se

desvían de su propósito.

Veo que ellas son dignas de mí.  De estas

mujeres quiero ser el robusto esposo.

En nada son menos que yo.

Ellas tienen la cara curtida por los soles

               radiosos y los vientos que pasan;

su carne tiene la antigua y divina ingravidez

la hermosa y vieja y divina elasticidad.

Ellas saben nadar, remar, montar a caballo,

luchar, cazar, golpear, huir y atacar,

resistir, defenderse.

Ellas son  extremadas en su legitimidad,

son tranquilas, límpidas, en perfecta

posesión de sí mismas.

Te atraigo a mí, mujer.

No puedo dejarte pasar, quisiera hacerte un bien.

Yo soy para ti y tú eres para mí, no solamente

por amor a los demás:

en ti duermen los grandes héroes, los

más grandes bardos,

y ellos rehúsan ser despertados por otro

hombre que no sea yo.

 

Soy yo, mujer, veo mi camino.

Soy austero, áspero, inmenso, inmutable,

Pero yo te amo.

Vamos, no te hiero más de lo necesario;

vierto la esencia que engendrará muchachos y

doncellas dignas de Estados Unidos;

                    voy con un músculo rudo y atento,

y me enlazo muy eficazmente, y no escucho

                                           ninguna súplica,

y no puedo retirarme antes de haber depositado

                    lo que está acumulado hace mucho tiempo en mí.

A través de ti, liberto los ríos represados de mi ser

en ti deposito un millar de años anteriores,

sobre ti injerto lo más querido de mí y de América;

las gotas que yo destilo en ti, crecerán en

                   cálidas y potentes hijas, en artistas de

                   mañana, en músicos, en bardos;

los hijos que yo engendre en ti; engendrarán a

                                                           su vez.

Yo exijo que hombres perfectos y mujeres

               perfectas surjan de mis expansiones amorosas.

Espero que ellos se desposen como nosotros nos

                            unimos en este instante;

cuento con los frutos de sus resplandecientes riegos,

como cuento con los frutos de los riegos centellantes

que doy en esta hora.

Y yo vigilaré las mieses del amor, del nacimiento

         de la vida, de la muerte, de la inmortalidad,

         que yo siembro en esta hora, tan amorosamente.

 


 

Ha poco tiempo que

atravesé una ciudad

populosa


 

Ha poco tiempo que atravesé una ciudad populosa,

imprimiendo en mi cerebro, para recordarlas

más tarde, sus curiosidades, arquitecturas,

costumbres, tradiciones.

A pesar de ello, ahora, de toda esta ciudad,

me acuerdo solamente de una mujer que

encontré allí por casualidad y que me retuvo

porque me amaba.

Día tras días y noche tras noche, estábamos

juntos. Todo lo demás ha sido olvidado

      hace mucho.

Sólo recuerdo, digo, a esta mujer únicamente,

a esta mujer que se enamoró de mí con pasión.

Aún erramos juntos, nos amamos, aún

nos separamos;

aún me retiene de la mano: "¡No partas!".

La veo muy cerca de mí, con sus labios

oprimidos, temblorosa y desolada.

 


 

Nosotros, dos buenos

mozos abrazándonos

mutuamente


 

Nosotros, dos buenos mozos, abrazándonos mutuamente,

sin jamás abandonarnos el uno a otro,

recorriendo los caminos  de extremo a extremo,

                    recorriendo el norte y el sur,

gozando de vigor, ensanchando los codos, apretando los puños,

armados y sin miedo, corriendo, bebiendo, durmiendo, amando,

alarmando a los avaros, villanos y sacerdotes,

respirando el aire, bebiendo el agua, danzando

sobre la hierba o sobre la arena de las playas,

perturbando las ciudades, despreciando las

             buenas costumbres, burlándonos de las constituciones,

             persiguiendo la apatía,

       llevando al éxito nuestra aventura.

 


 

Lleno de vida ahora


 

Lleno de vida, ahora, compacto, visible,

yo, de cuarenta años de edad y en el año ochenta

                         y tres de estos Estados,

a alguien que vivirá dentro de un siglo, o después

                                de muchos siglos,

a ti, que aún no has nacido, dedico estos cantos

            esforzándote por seguirte.

 

Cuando tú leas estos cantos, yo, que ahora soy

         visible, me habré tornado invisible.

 

         Entonces, serás tú, compacto y visible, quien

realizará mis poemas, quien se esforzará en seguirme,

imaginándote cuán feliz serías si yo pudiese

estar contigo y convertirme en tu camarada.

Que sea, pues, como si yo estuviera a tu lado.

(No creas demasiado que no estoy ahora junto a ti).