A k k   L a i n

L a   i d e a   d e   e s c r i b i r


p o r   M i g u e l   M o r e n o   D u h a m e l

   

 

 

 

Akk Lain es un joven escritor de 20 años al que tuve la suerte de conocer una tarde en la Sociedad de Escritores de Chile.  Ávido de conocer este mudillo literario, sus nombres y propuestas, si es que actualmente hay alguna que merezca el interés.  Medio taciturno, enjuto y alto, vale por su persona y la valentía de arriesgarse en la aventura de escribir.  Escribir es asomarse a la vida peligrosa de enviar las ideas a la cabeza de las personas.  Sin duda él tiene algo que decir y para eso cuenta con todo el tiempo por delante.  Hace algunos meses atrás lanzó su primera novela "El payaso de la seducción" , a través de la Editorial Popular Artegrama.  Esta es una breve entrevista que ayudará a conocerlo.

 


 

 

 

Háblanos de cómo nació tu primera novela "El payaso de la seducción"

 

Por muchas razones. La primera podría ser, la necesidad de enfocar un dolor personal, una impotencia que estuvo arraigada durante mi adolescencia.

 

La segunda sería, la ferviente adicción hacia la escritura, como tratar de imitar a mis influencias, de las cuales estimularon esa necesidad de plasmar, desahogarme de aquellos acontecimientos. Hacer algo representativo, que yo pudiera sentirme aliviado o por lo menos satisfecho….

 

Pensaba en las noches antes de dormir la idea de escribir un libro, y sobre mí emergió el titulo perfecto para aquel manuscrito y que abarcaría un tema total, la idea principal de mis intenciones y mi dolencia.

 

 

           

¿Qué te impulsó a entrar al mundo de la literatura?

 

A los 17 años, leía manuscritos filosóficos; Platón, Descartes, Kant, Schopenhauer, Nietzsche, Sataver. No leía Novelas ni poesía. Simplemente trataba de abarcar la mayor cantidad de conocimiento posible, llenar un vacío existencial de ese tiempo.

 

Al tiempo, me topé con los manuscritos de Hesse, me cautivaron, tanto así, que pensé que era Sinclair de "Demian", una de sus tantas obras y la más representativa para mí. Me atraería así la literatura como quien fuera una mujer desnuda, una amante perfecta, la cual me daría espacio hacia mi propia intimidad. Desde ese momento leería en donde fuera y cuando fuera a; Hesse, Dostoiewski, Unamuno, Sabato, Conan Doyle, Shelley, entre otros, pero nunca dejé de leer filosofía…

 

 

¿Qué significa la palabra escrita para ti?

 

La propagación más importante de las ideas, el arte, la acción más bella, y absurdamente trascendente del ser. Aunque es algo muy complejo de explicarlo, qué más te podría decir, que es para mí hermoso y un menester, mucho más fuerte que cualquier estimulante, la droga mayor.

 

 

 

Cuéntanos un poco de Akk Lain

 

Mi seudónimo parte de un absurdo, quería marcarme por un nombre superfluo, estéticamente extraño y atractivo y que, al fin y al cabo, este tuviera un vacío al momento de darle significado. Una propuesta que también refleja, mí filosofía de vida, lo que pienso… Akk Lain es el absurdo.

 

Por otro lado es una "frikidad", un Nick que enfoca la posmodernidad de la que soy participe, aquella generación afectada por los videos juegos, esa cultura on-line. Ese montón de tecnología maldita.

 

¿Cuáles son tus referentes literarios y extra-literarios?

 

Hesse por sobre todo, la filosofía y los autores que me he topado en el camino y por último, la poesía de la que de poco a poco me nutro, Rimbaud, Bukowsky, Neruda, ect…

 

Extra-literarios, el dibujo, la pintura, me gusta mucho esa parte de mi, y tengo pensado en desarrollarla, convertirme en un pintor, muralista, graffitero, algo fantástico.

 

 

 

¿Cómo construyes un personaje?

 

Partiendo de mi propia existencia. Mi literatura es vivencial. Va hacia la vida, de esta emergen las personalidades, mis personajes son eso, expresión de mi empirismo. No trato de pensar tanto o maquinar de una densa manera para llegar a cierto personaje, me brotan de forma inconsciente.

 

Eres muy joven, debes tener muchos proyectos escriturales en mente, cuéntanos un poco de ellos.

 

Poesía, mucha poesía y novelas que las tengo en pausa. Ahora debo terminar mi novela, y espero darme el tiempo para ello. Y estaré publicando poesía muy pronto…No puedo decir mucho, ya que es una sorpresa.

 

Cuando des la vuelta a la esquina de la vida, cuando tengas más de 50. ¿Qué te gustaría que dijeran de tu obra y de Akk Lain?

 

No quisiera convertirme en un "best seller", eso sería detestable. Sólo deseo convertirme en cultura para mi país, contribuir a ella, ser un aporte, aquello sería la compensación de todo mí ocio. Haber lubricado las mentes de ajenos como lo hicieron conmigo mis antecesores, esa es mi meta, ser cultura y así recordarán al escritor y viviré a pesar de estar comido por los gusanos…  

 

 

 

El payaso de la seducción

(Introducción y fragmentos)


 

 

 

Introducción.

 

Únicamente quiero darme la oportunidad, sin embargo, toda reacción externa me es totalmente incierta, ¿Cuál será la respuesta?, ¿habré causado algún desorden? Para cercanos y desconocidos va mi mensaje, y por un lado me angustia lo que ocurrirá, pero que importa, ¿Qué persona al hacer un acción no ha tenido una repercusión en el futuro?

 

Pretendía hallar bajo cualquier condición aquello que carecía con creces. Esto va dirigido a mis cercanos, de ellos recibiré  más de una difamación, burla o injuria. Yo solo quiero aliviar mi carga de algún modo, puesto que por este método podré de mejor manera lograr este cometido: relatar los acontecimientos desatados en una perturbadora época de mi vida, en que el capricho y la inconsciencia fueron pilares de fundamento; y creyendo que eso era lo mejor llegue incluso a perder mucho para conservar lo que hasta ahora poseo, que me lo he ganado tras haber recibido un sarta de humillaciones.

 

¿Habrá valido la pena haber obtenido ese poder, a pesar de lo que finalmente ocurrió?

 

Quizá la culpa deje de alcanzarme si expreso esta confesión, mas no creo que esto sea posible, puede que el tiempo ablande mí culpabilidad y pueda, por lo menos, perdonarme a mí mismo. Ahora solo me queda padecer, continuar con esta maldición que oprime mi alma y  que por las noches me impide conciliar el sueño que tanto necesito ¿Habrá alguien que pueda entenderme? Uno, de toda esa masa que me acusa de ser un bastardo, un despreciable personaje que le dio el fin a una existencia que ahora es parte de la nada a causa de mí propia ambición, deseos y superaciones, caprichos desenfrenados e instintos de poder exacerbados; que concluyeron la vida de una persona especifica, una muerte por obsesión de dominio.

 

 

 

Al final, ella me dejó bajo la responsabilidad de su fallecimiento, recibiendo así una ira interminable, un desprecio ferviente. ¿Cómo empezó esto que no me di cuenta?, ¿Cuándo fue que empecé a convertirme en lo que soy ahora? Y ¿Por qué?, ¿quién era yo antes? Trataré de ser lo más preciso, explicar mi posición desde el inicio, cuando apenas podía mirar a la cara rostros féminos, aquel tiempo donde los golpes de la adolescencia aún no me tocaban. 

   

Querido lector, lo invito a que pase y juzgue por usted mismo si el poder de la seducción ha valido la pena.     

    

 

Fragmento 1.

 

[…]A poco de quedar dormido, recordé lo ocurrido en la mañana, sonreí un poco al enfocar precisamente esa escena; cuando iba a entrar a la sala y volteé para verla, congelé esa imagen en el momento que se asomo al umbral de su sala, la observé con detalle. Enfrascándome en aquel pensamiento y sin contar con ello, dormí. Había soñado con ella.

 

Aparecí en la escalera del colegio, tenía el uniforme y el bolso, supuestamente debía de entrar a clases. Caminé al tercer piso donde estaba la sala, pero en los pasillos no había nadie alrededor, ni alumnos, profesor o inspector presente-¿Habré llegado temprano?-pensé. Seguí sin enfocarme en mi pensamiento, al cabo de llegar, miré hacia atrás como lo había hecho en la mañana, nadie se encontraba detrás, ni siquiera ella. Quedé más tiempo en ese lugar, quieto y pensativo como por cinco segundos con la mirada al piso, la levanté y al tratar de voltearme, aparece sorprendiéndome, quedé perplejo al verla, miraba de forma penetrante con esos ojos que ya no estaban delineados, sino sombríos. Traté de desviar la vista, pero el cuerpo no reaccionaba, el espacio geográfico empezó tenuemente a oscurecerse, mientras está me miraba de arriba abajo. Se acercó, casi al tope, sus manos, las puso en mi rostro y cuello como si fuera a examinar, tocaba y sonreía, parecía burla. Tomó entonces mi rostro, quiso junto al de ella acercarlo y asomó sus labios para besarme, exaltado ante la situación y sin poder moverme, sólo tuve la acción de recibir. Cerró sus ojos y los labios topando al roce […]

 

Fragmento 2.

 

 

[…]De tanto en tanto me recosté en mi cama observando lo que creé y sin avisar me dormí. Yo no soy de los que se duerme en el transcurso del día, pero creo que de vez en cuando se hacen excepciones, y más aún esta, que causó en mí un despertar inmenso.

 

Tendí a soñar; mí habitación, con la croquera y el porta minas, la hoja en blanco, al parecer me dignaría a dibujar, mas no sabía qué. Desvíe la mirada, y de la nada aparece Dahlia, semidesnuda, mirando con burlesca sonrisa, quiere acercarse y al momento de encontrarnos, se mueve como si hiciese espacio. Quedo extrañado y me doy cuenta de que alguien se une, atrás se asomaba Helena, su cuerpo también semidesnudo, volteo a mirarla, sus gestos son serios y fríos. Se acerca y en mi sentía ansiedad, un éxtasis que debía ser expandido, una menester que debía ser saciado. Miran de forma insinuante, excitante, y al querer levantar las manos para tocar y tantear sus cuerpos, mis  manos no habían soltado el porta minas y la croquera  con los que hace un momento, supuestamente iba a usar, estaban como pegados, unidos a mí sin razón aparente. Veo detalladamente, y en el borde de cada objeto, yacía una cadena casi imperceptible, repartida por todos los dedos, continuando a las manos e incrustadas en la piel. Pasmado, quería saber qué pasaba, para más remarte, al levantarme, el cuerpo no reaccionaba a voluntad, debido a que esa extraña cadena recorría el cuerpo, llegando a los pies y posteriormente unido al suelo. Imposibilitado para moverme, empecé a preguntar de forma desesperante-¿Qué pasa?-no había respuesta. El lugar entraba en oscuridad y las paredes se tornaron de un negro intenso, de la que surgieron muchos de mis dibujos, en todos ellos retratados Dahlia y Helena. Cuando no podía ser más raro, estas se desvistieron por completo, quedando desnudas ante mis perturbados ojos, se burlaban, más aún, entendí que no pretendían tener algo sexual conmigo, sino el producir una reprimida excitación, en otras palabras, querían de las retratase juntas, desnudas de la manera más sensual posible y hasta se colocaron en ciertas posiciones provocadoras y lésbicas. No quería retratarlas, sino salir de esta inmovilidad, hacerlas mías, o si no, me volvería un demente, mas la atadura era demasiado, y no pude hacer otra cosa que gritar, entrar en pánico, volverme totalmente loco y perder la razón de sí […]